La vida
guardó tus tesoros cobrizos
en su
corazón de arca y riqueza ocultas
y la
tierra distribuyó su greda imparcial..
El
viento dobló su abanico depilado y
la fabrica de la brisa y la bravura
soplaron
sus cornetas de gloria.
y la
forja de los metales bruñó los cuadrados y sus confines
balanceando
su corona en tu cabeza.
La
aceituna rasgó tus pies derrochando su
aceite de balance
entre
tus dedos de parra y racimo.
El
galope de las horas armó su equipaje,
los
balcones de las acacias y los pinos
congelaron
sus vastedades y
del terreno azul espuma
se
nutrieron los brazos de los laureles y los olivos salinos,
floreciendo
una corona verde en tu cabeza
como
reina de las primaveras absolutas.
Reclamé
un artista selecto al reino Davincino
para
decorar tu huerto de huésped y
la hoja
produjo su simiente elaborada en el papel,
mientras
el zumbido de los vientos raspantes
arpegiaron
su sonata inconclusa y
el dios
único de las musas radiantes
compuso
la canción de Marte y su lejanía.
Antes
de ti el mundo sudaba bella poesía y
los
poetas del bronce brillante escribieron a tu ausencia..
La
pluma extendió su alfombra de pergamino al presente,
el diccionario estiró sus paginas de adjetivos
y
tu encanto asombró a la oda y la elegía.
Con tu
despliegue de mariposa de ala pincelada,
Dalí extendió su cuarta dimensión en la zona
de los cubos intrigantes,
el
espacio mostró su vientre de madre
hasta
fecundar sus valores con tus aromas de estela.
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