¡ Ah, callado amor ¡
que rumorea el sueño silente
de las caracolas
desvestida sin rubor como la
ostra nudista con alas de gaviota,
volando agua azul y olas.
Tu turgencia es mi tacto
predilecto.
Tus caderas me seducen porque
caminan con tu alma
Tus senos me reviven de aire
y luz
Cuando siento el trópico
visible de tu pecho latiendo.
¡Ah desnuda ¡
Estatua de piel cobriza,
refulgiendo en el aleteo profundo de la noche
cuando los recuerdos hablan
y
la vista va mas allá de los
montes verdes.
Nos vio la tristeza
Empañar los cristales en las
pupilas
El gemido arrasador de los
sueños diluidos
Pero los hemos revisado con
esmero científico,
Con el paciente tiempo de la
arena pesada,
exhumando cada célula
ladrona,
con los cuellos ruborizados
de labios.
Sin perder un crepúsculo ni
una tarde de ventana soleada.
Haciendo del amor unido una
amnistía.
Nadie vio nuestros espectros
alejarse solos
tras los cerros paralelos
del desencuentro
Anduvimos los rieles de la
vida con los hierros de un tren indivisible.
Ni la vil moneda corriente
del trajín diario
con los papeles de usinas a
cuestas y algún otro derroche urbano
-como una canilla goteadora
o un teléfono desgastado-
¡ Pudo mas nuestra unión ¡
Que los guijarros
cotidianos.
¡ Ah, pez colorido
de mis aguas entrañables ¡
las mareas cotidianas no
mellaron nuestra maroma de agarra
ni el agua revuelta del
naufragio desapasionado
pudo con nuestra vela negra
de pirata izada y
la bandera patriota de
nuestras comarcas.
Nos sobró un buque para el amor de bote y
los brazos en remo
coordinado.
Dividimos las aguas ásperas
amotinadas,
apretando los genes lúgubres
del viento golpeando los rostros.
Saltamos la tempestad con
cuatro piernas atletas,
de muslos y huesos, y
corazones erigidos.
Sobreviviendo las hojas del
almanaque
con los mástiles estirados
en los brazos y los ecos divididos enterrados.
Y yo, amada mujer.
Despierto a tu lado en cada
mañana
Forjado por la noche en las
flores alertas de tu jardín de alma dulce,
donde
duerme la uva enternecida.
¡ Ah,
mujer presente en mi latido ¡
con tu
sonrisa de espíritu en puerto salpicado
emerjo
con mis alas germinadas
la piel
con tu humedad de embalse en lago,
buceando
el fondo de estero, en tus entrañas dormidas.
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