En un bar, tras el
empañado vidrio,
un menguado cuerpo de pulverizado fakir.
Mirada de aciago
en la cuencas del niño,
Sobre sus hombros
cayó el mundo a dormir.
Veo girar su inope
cuerpo por la moneda
que entregará pan
para el dia, desequilibio futuro.
Su mirar se estira
de tanta hambre acumulada,
y me deja el
corazon partido del encuadre en exabrupto.
Salgo con un gesto
verde y hallo el tormento en la vereda,
intento equilibrar
el viento que lo desestabiliza crudo
como un pirata
cruel y ciego en busca de la espada.
En sus dientes veo
el derruido esmalte sin indulto
y hallo la
pregunta antes que mi respuesta.
¿Podrá a los seis
años recuperar su rumbo?
¿Cuántos niños
como el tendrá el mundo?
Habrá que mover
pies, manos y
seseras abandonando la encuesta,
maniobrar céleres
para aniquilar la indiferencia
y acomodar la
balanza en el punto justo.
Todos los derechos reservados en Safe
Creative & Published Word Press
No hay comentarios:
Publicar un comentario