De ti nace la palabra en romance...
Palabra ínfima, en una mano diminuta.
Palabra que no alcanza en estatura.
Derrama tinta que se enturbia en rebelión a volcarse.
Es tinta que se amotina, se espesa.
No alza su voz glamorosa en fiel entrega.
Es pequeña y frágil, bravía pero no hostil.
Tiene en su alma, pájaros y mares,
pesares y amores, de hombres de canto, y
mujeres de hechos sin olvido.
¡ Ah Pluma, romance de bardos poetas ¡
Al quebrarte rompería mi amor.
Al apretarla no responde,
se resiste a la presión,
Calla sus voces por dentro y se niega,
en negación de bestia salvaje no obedece.
Así de pequeña cruza fronteras, trasciende tiempos/
Renace otoños y renueva primaveras.
Al alba está dispuesta,
a escribirle a los ojos de la noche,
y al ocaso se baña en luz de luna.
Su locura es de belleza y sus venas entintas
visten con ropa de madero.
¡ Su corazón sabe de pocos amantes ¡
¿Cómo habré de conquistarte?
Pára escribir al Guadalquivir,
versar una frente simultánea y escribir
los versos más celestes de la noche/
Si me dejaras amarte en espacio breve,
ocultaría tu secreto de pronunciar hechos,
callaría tu bravura, sino delataras mi ausencia.
¡ Si mis manos
aprendieran como acariciarte ¡
En nombre de la palabra escrita no te pediría,
-en ruego de ecos-
Déjame rimar, tan solo unos versos.
¡ Ah, pluma ¡ Si al besarte, te deslizaras
en dibujo de rimas, sería tu fiel amante,
en infinitas y ocultas eternidades.
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