martes, 25 de noviembre de 2014

BUSCAR EL AMOR ?

Al amor no se lo busca
se lo encuentra
porque es de alas y vuela
entre lentas hojas
o en prados verdes  de primavera.
El circulo de su silueta,
se viste en ramas del silencio
sobre el altar de las glorietas,
en una copa de glicinas envueltas,
posado en una banqueta
o flotando sobre el amarillo trigo constelado.

Se esconde en labios de azucenas
en el rumor prudente del follaje
en la confirmación del otoño establecido
no como una golondrina de parapeto errante.
No se exhibe en las vitrinas iluminadas
ni en las rúas de pasarelas
ni en la cita descabellada
ni es dulce producto de brevas sueltas,
exige moldear un ramillete de signos gestuales.

El amor es la paciencia de la tierra
que hacia el fuego va como la hipnótica mariposa.
No tiene gruta ni boca,
es palabra muda en los balcones de hiedras
dulce expresión del durazno
latido que conmueve cual estallido de pólvora,
cosquilleo que se pronuncia
no al cráneo de la razón
sino en el cielo blanco del sentimiento.

El amor tiene múltiples lunas de facetas,
un cruce de labios que penetre al campanario
rojos racimos de uvas tintas,
leguas de tules en la perfecta mano que acaricia
pandereta que cimbra los cuartos del corazón.
Una esfera de nieve
aguardando sus huéspedes.
Anda libre y vuela
quizás sobre la cabeza
o tal vez esté sentado a tu lado
como un huerto no cultivado
o una foto sepia atesorada por anales.


ROZARTE


Rozo tu sombra
en la cuna de tus siestas.
Te mido con premura,
indago hondos secretos
de corrientes bruscas
que guardó el silencio
al ornamento de tu cuerpo.
Entre el alma y  su espesura
donde el palpitar de vasijas
dolientes confirma el dolor de la espina.

Disfrazo el verso en adjetivo
y te cualifico mujer Nereida
cuando despiertan tus labios de estética.
Meandro sonriente sobre el agua
no hay más morada que mi pecho
para que tu pena se difumine.

Rostro de péndulo emblemático
en el redil del enfaldo renazco
como la espiga fortalecida del trigo.
Irrumpo hojas de tu cuerpo
y en transcendencia nos fundimos
como un solo beso de espuma guerrera
entregado en el tumulto del abrazo.

Ya la pena es iniciación de cuaresma
cuando nieva sobre tus montes Cáucasos
acaricio hebras de tu cabellera
cual saetas de flores purpuras y montaraz aroma.


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FUERA DEL CIELO

Subidas tus manos elásticas,
he visto fuera del cielo la fragante
luna recostarse en las landas de los cerros
y en la noche iluminada de acuarelas
con tu breve paso deslizabas en trance
de fragancias trisadas hojas con brillo de navajas.
Las rosadas campanas del nuevo crepúsculo
Impregnadas en los ángulos de tu halito cual 
si fuesen cálida tempestad de viento reposando soñolientas
sobre las palmas de tus manos, tallo y árbol de romance/


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TU GUARDIÁN

Guardián de tu lamento soy
en el gemir de tu alma que flagela.
Embestir de cuernos
contra escudos de triste invasión,
tripulante de galeote con tridente
clavando voces que te atormentan/

La daga férrea que no tiembla bajo el sol
aunque la soledad sea desierto inclemente,
El amotinado entre grises sombras anegadas
que con furor salvaje las enfrenta.
El audaz mortal ante el rumor irreverente
que amplía tus tragedias
hasta el rellano de la muerte/

Espada y estoque a la soez voz que te nombra,
desarmonía perpleja la lengua se encalla
en aguas negras de muelles fallecientes.
Dueño de tus fulgores astrales,
amo de tus expandidos costales,
el mudo que te pronuncia en el gesto
cotidiano hasta rozar el confín de tus landas/

Soy huerto de amorosos jazmines en manifiesto
al consagrar tu corazón frente al dúctil espejo
con la potestad que me legaste amor de ensueño.
De la bóveda celeste descuelgo un beso de pétalos penetrantes
para marcar cruces cándidas de polen en tu dulce semblante/


PASIÓN VESPERTINA


Vespertina pasión.
Libertad de obstáculos.
El crepúsculo saliente palpa
el sentido del roce labial
Una pluma de sal se escalda
dilatando los cuerpos
bajo el tejar de nieve.
Vida mía…
Tu hablar es de llovizna
que enternece
los hilos erguidos del fuego,
la piedra es camino de alpaca
y a mis tímpanos entras
con resonantes aromas lilas
difundidos al aire germinal.

II

Senda de manos,
opulencia verde allende
en la foresta,
abierto canal con navajas
mientras el silencio reposa su siesta.
Acumulada tea naranja
de siglos crepusculares
traes el volumen del racimo
donde la uva cuelga su manifiesto.
El azadón clava la greba
desde anales
sembrando granos al huerto.
En la dilación del tiempo
la luna regresa corpúsculos maduros
y se hace fosforo al encuentro.
Incita la penumbra el choque del azufre
en las detonantes siluetas.
Nada sabe este amor de la costumbre
porque cegué los ojos de la rutina
para acariciar los péndulos de tus caderas
mientras el aire se sacude al cuerpo de la niebla
veo aspear el escote de tu blusa
cual si te encendieras libela purpura,
Y dentro del reducto el polvo
se estremece en alocado momento,
ya los cuerpos son cenizas
ávidas al retorno de lloviznas
con estela de meteoros
se hacen gotas que reaniman
la pira del amor sediento.

                                              
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EN ALGÚN LUGAR DE MI SANGRE

  
En algún lugar de mi sangre
hay un canal de sombra
que aclara con tu nombre/
.
Una voz callada
buscando la palabra que
describa tu forma conclusa que
con grácil gusto me acaricia/
.
Hay penumbra en mis ojos,
huecos sin eco repitiendo crípticos sonidos
Vuelo de pájaros en cenizas
sobre el polvo de las ramas/

No trina la figura de la luna
hasta asomar tu imagen
con la vorágine del fuego
flotando las mareas de mi cuerpo
con tus agiles gestos del madero/

Estremecida llama que danza
en las aristas que ocupa mi soledad.

Tu traes las crestas del sol
iluminando mis círculos negros.
sucumbo a tus magnéticas flores
donde esparces blanquecina suavidad/

Tu cántaro es diferente arcilla
pleno de almendras,
color carmesí,
en tu estadía
me heredaste el leño prendido de la vida/.


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DIÁFANO CIELO

Desde lo diáfano de tu cielo a mis raíces de tierra
he visto la agilidad del rayo con brillos de centellas.
Tu bajabas en la brisa oro divino en mi frente,
hermosa torre de soberanía al tocar tus uñas el firmamento,
agitadas mareas por el viento eran aguas congestionadas,
racimos de abierto espacio rumorando secretos de la espuma.
En la virtud sumergida, espiga en monumento,
te elevas en resplandor
y tu paso poderoso escalaba landas
hasta el ápice de cerros
para descender a mis brazos de cuna.
El vínculo fue un majestuoso crepúsculo menguante
rodando al cenit sus naranjas,
emergía la luna sonriente
como esa risa ebúrnea que espejan tus dientes.
Todo es alcanzable con la fuerza del corazón palpitante,
Entre sueños argentos y nubes de agua celeste,
teas de fuego iluminando tu reino soberano
y el invierno colmándonos de regalos
.
Te amo con el pan o con el hambre
con la pobreza en el semblante
o en la opulencia del linaje.

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LA MANO BUSCA EL ROSTRO

Cierta quietud de viento húmedo
augura lluvia lenta,
cascada de voz débil
sin división en las goteras.
Lejanos bronces
agrupan voces de trueno.
Estrellas noctámbulas sin virtud de lumbre
opacas se manifiestan.
Apagón de astros sobre las ramas,
el cuerpo del agua fértil
golpea en ascensión hojas del alerce.

La noche trae cenizas
en sutiles ráfagas,
so al pie del árbol se mueven
índigas siluetas,
cuerpos rituales de costumbre.
La mano busca el rostro con nombre
bajo sombrilla de flores.
El tacto se incrementa
encaminado en la tiniebla
hasta reconocer el polvo en la piel
y los labios acuosos se encuentran.


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SIN VASTEDAD DE FLORES

Amor,
La felicidad de los amantes
Pasa por el tamiz de la discusión
Antes del momento de dichosa algarabía
vamos ajustando los semblantes
Y entre un túmulo de confusión
elaboramos el perpetuo amor.
Sucede que antes de las bellas rosas
Sobresale el camino de la espina
Y antes de los pétalos
Erectos tallos endurecidos
te escribo en rima o prosa
como amo tu corazón de lilas
No hay vastedad de flores que lo atesoren.


A MIS BRAZOS

Ah, rumor de caracola,
boca de abierta ostra
con su perla nacarada.
irrumpe el silencio de la roca
en la voz muda del sereno mar
que desviste playas
en blanca seda de molienda.
                            
Muéstrame paloma mía
la desnudez de tus templos
cual luna bella que descorre su velo.
Entra al ámbar de mis brazos
con tu cuerpo mojado en danza acuática.
Arrójame saetas de fuego
con el llar de tu mirada,
rutilantes pupilas de encanto
en sus mágicas aguas bogo, cariz de brújula,
tráfago libre a mi bajel oceánico.
                         
Al deambular tus manos purpuras
traeremos baldones salitres
antes que el fuego extienda sus dominios
incendiando vides en los odres de nuestro continente.
Dejemos quela flama del contenido
exprese sílabas de algodón que gime
en los gestos oblicuos de la postura.

Que vuelen gaviotas de fresco óleo
en sus paletas de pluma
porque el arte de amar es arcón de tus tesoros.

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DIME

DIME AMOR VASO EN COPA

Si al alba entre sombras oscuras
con dilatada voz rumorea
turbando nuestro calmo reposo,
donde un resonar de violines
grita del fondo del alma con suspiros
de cálidos vientos que giran
como locos cuerdas quietas/

Dime amor…
El sol de la ventana
tendrá las aletas más rojas
de cuando atardecía sobre
las violetas?

Ven en la profunda oscuridad
que mi boca se tope con la impresión
de tu boca y en sano delirio
la palabra que repite tu nombre
es un ósculo de suspiro
que remite tu candente corazón/

Si es que sueño despierto
o vivo soñando en las mareas
que tu cuerpo agita, siento
que toco el respiro de tu aliento
y en tu resquebrajada sed
queda el placer de mis labios
bebiendo las vías lácteas
que derraman blanca leche
por los vasos de tus copas/

Tu ansia húmeda ancla en mi noche
suave de uvas,
algodonada galaxia
permanencia de estadía es la miel
que en hiedra de agua se desata
como vendaval en mi ágil boca/

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COPAS

Siempre que tengas
un alma pletórica de estrellas,
el corazón atestado
de multiplicadas rosas.

Siempre que tu voz sea canto
de aves trémulas planeando
y tengas los labios de leños prestos
para ahogar al silencio
besando con pasión de fuego.

Siempre que la piel de tus manos
huela a jazmines cultivados
con multiplicadas rosas
hasta dejar la marca del recuerdo
en mi boca de incienso.

Siempre que tengas amplias
alas de vuelo etéreo
nos elevaremos sobre cristales de copas
con sápidos uvas blancas
en dos bocas elogiaremos el encuentro.




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TIEMPO DE LA HEMBRA VICTORIOSA



¡Oh mujer, de espiga y trigo en levante ¡
Nos llegó el tiempo del macho y de la hembra.
Macho asnal y ebrio, hembra elástica y felina.
Al eco sublime del canto de la sirena,
del peldaño del Olimpo se cae
Afrodita eclipsada por tu esfinge.

Nos acosa la marea incontrolable
del océano azabache del cisne sumergido.
Guardián del paraje, donde nace el beso rojo,
en el sino de la barca hundida, de su vela,
al telón acuoso de tus párpados.
Nos sopla la brisa de la sudestada y
el rigor del tifón a barlovento, en el estrecho submarino,
y a la hora ceñida en tu ombligo,      
mi boca con pasión de sacramento recorre tus márgenes,
celebrando cada arista de lana tibia, en tu planeta de alegoría.

Nos roza el momento de la sinfonía del ángel.
En el minuto acústico, donde el sonido apaga el silencio.
Erguidos a la cima plana de la puna de atacama
llega la presencia exacta del segundo.
La plétora de luz, en el costado claro del sol, y
la caricia sudada de nuestras pieles.

¡Oh, majestad mía, magia de mujer y pulpa¡
Mujer hecha de tierra y estanque,
de glándulas y tendones luminosos.
Con mis pies de lodo, trepo tus muslos de alga,
con garfio enguantado de seda y
manos de terciopelo en las palmas.
Escalo tu vientre de aurora iluminada
al pico de los Cárpatos entrañables.
Suelto un beso de aire con rigor de daga, y
el viento lo sopla con lenidad de espuma.
En ti dejo mis labios de pirueta, para volver al rescate, y
A tu silueta va mi beso amplio y asaetado en arpón.

 Para la calma en oasis del macho turbulento.

 en el tiempo de la hembra victoriosa/