sábado, 31 de mayo de 2014

MÁGICO ARTE


Enfrento al rival desconocido
Las piezas en el tablero
Me reta el sueño
El pulsar del contrincante que perfilo.

Estático silencio en el recinto
Vetado el humo en la partida
Interrogante enigmático, algo difuso
El seglar aposenta su dama profana,
 en el regreso
Se proyecta un jaque anticipado
El tiempo sudado irrumpía mis torneos.

Disparaba con misiles, ojivas urdidas
en esta partida
Meandros  de aludes voltean al rey
en su equilibrio inestable,
mi honor queda en el desván
del tablero y yo me hundo en los escaques.


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JAQUE MATE


Enfrento al rival desconocido
Las piezas en el tablero
Me reta el sueño
El pulsar del contrincante que perfilo.

Estático silencio en el recinto
Vetado el humo en la partida
Interrogante enigmático, algo difuso
El seglar aposenta su dama profana,
 en el regreso
Se proyecta un jaque anticipado
El tiempo sudado irrumpía mis torneos.

Disparaba con misiles, ojivas urdidas
en esta partida
Meandros  de aludes voltean al rey
en su equilibrio inestable,
mi honor queda en el desván
del tablero y yo me hundo en los escaques.


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GENITAL OBNUBILACIÓN

Instintos  básicos.
en la jungla humana.
Instalados en glándulas
salvajes que perturban la razón.
Lo genital obnubila
las alas hasta ser de piedra/

La memoria de la sangre
golpea paredes que se inflaman.
Algo se canaliza  en otros dominios,
merma el latido de la potencia
en esas rojas crestas  de pulsión.

El amor es un condominio
que habita el corazón
y cual guijarros los agrupa
entre rejas y muros.
La básica ebullición
se adormece en sus reductos
como un andarivel de pólvora
a todo vapor,
entre rieles descarrila
su tren en desbaratado frenesí.
Su mecha  carnal implosiona
dentro de la piel.
El aire es cántico sin estrofas
en el ojo implacable del ocaso
donde el agua sexual fluye
en un cruce de labios y
cual nidal de aves plumosas
se perpetúa en las núbiles hormonas/

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EN LA ACEPTACIÓN DE LO ÁRIDO


No insistas
en este gélido intervalo
En acomodar los cumbres
Heladas de fugaces
mañanas.
No proyectes imágenes
en soledad que vaga.
Mi silencio no sucumbe
a interpretar el protagonismo
de la nada.
No imagines escabullirte
en mi sueño
para que despierte
al alba,
con dos soles de oro
clavados en las pupilas
sin asombro.

No inventes sombras
tras las sombras ni
restaures espejos
de vidrios trisados,
Ni enciendas la tea del huerto
porque soy difuso humo
en la extinta conspiración
de tu momento.
Me carcomiste hasta los huesos,
desprendiendo  mi mano
como una bolsa de harapos.

En la aceptación de lo yermo
ya no invadas mis comarcas,
fenecieron antiguas ascuas
en la finitud del espacio que duermo.

Ya eres paisaje sin sustancia
que no reclama la sed de mi cuerpo.

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UN BESO QUE SUSPIRA


Tú y yo siempre con paso acelerado.
Con la sed establecida en lejana antípoda,
destinados al andén de la despedida
con el furor acumulado del trajín diario.

Vos y yo, en la trasnoche solitaria.
Efímero momento, cambiamos besos que asfixian,
al otro día tu distante, yo solo congoja y melancolía.
La calle derrocha distancias y barre nuestras filigranas.

Somos un beso paciente de siesta que suspira
en la inclemencia otras caras en la vereda.
Protagonistas descalzos de este andar que apedrea
la descarga provisoria de este amor que palpita.

Somos una caleta girando sobre espejos rotos,
después de saborear los labios tórridos del verano.
Somos sepia fotografía de estáticos rostros
trajinando  ropas de humo, desfalleciendo en el asfalto/

Ebria formación edilicia de escombros.
Vendremos con manos seductoras a instalar nuevas urgencias
de esporas, en esta transición que al amor  lo ciega
derramaremos vino sobre sus ojos/


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URDIDA EN LOS HILOS DE MI PECHO

La noche se duerme
exhausta,
el día amanece
con brío lento.
La madrugada precipitó
lluvia en silencio,
como agua diáfana
y ruidosa golpeando
sobre el techo,
con gotas azuladas
movidas por ráfagas.
Las esferas del tiempo
se perdieron al piélago
de la tierra,
armando arneses
que sostuvieran
los cristales del cuarto,
antes que  el viento
gimiera entre los árboles.
Las casas armaron
sus portales reforzados y
los gatos de la oscuridad
quebraban huesos,
de pájaros adormecidos.
su trino mínimo
quedó el eco en el ladrillo,
al estreno de la mañana.
en una cama
del barrio humedecido.
Estiro mi brazo
hacia un costado,
al envés de lo entumecido.
Antes que la palabra
despertara en tu boca,
se cruzó con mi boca.
Cuatro labios de infarto
anudados en silencio,
La sed se acrecentaba
de frotar los espasmos,
En un latido paralizado
se deshizo del tiempo
y su hora de olvido,
así dormidos entrelazados
con los dedos hasta
los huesos encastrados
un mimbre urdido
con los hilos de mi pecho,
y en las manos, un laurel enraizado.


QUE SABE TU AMOR DE LA SEQUÍA


Mi corazón yace fatigado con tu tormenta,
sacude como pulso tardo y lento
y hasta mi boca suda por los poros,
gotas de  salitre dulce de tus besos.

Te inclinas  en actitud de retoño de árbol renaciente
a mi cuello plagado de amor y espanto

Tu volumen de carne saliente trae
las regiones húmedas del oro femenino,
colmando hasta el hielo de brisa huracanada
entre mis pelos de trébol tierno,
donde dejas tus labios en huella y resguardo

Y mi corazón taurino sigue fatigado...

Con el placido deleite del bramido enamorado
bajo tu piel de estruendo y rayo,
como una furia edificada  de tendones y de cuerdas
de muros inocentes y los campos inundados entre tus piernas.

¡ Que sabe tu amor de la sequía ¡
Ni de la sangre en cataclismo que paraliza.
En cada suspiro rocías la acequia abonada
en los canales de mis venas expandidas
y del barro artista de tus manos de cobre
retornas a esculpirme con la amalgama
de mi espeso liquido de canales dibujados,
que camina por tus labios
con mezcla exacta de alquimia
Para mi corazón reconstruido,
 ya entero y fortalecido.







ANTES DE LOS CUADRADOS POLOS


Hubo un antes de los cuadrados polos y las doradas chaquetas.
Fue el tiempo de los cerrados silencios donde los Ándes parecien inmóviles y la barrera del cobre Boliviano una frontera de minerales disputados/
Del enfrentado  Rosario natal a la oxigenada Córdoba del aire puro
inició su viaje de incógnita aventura moto ciclada, retornó luego a sus membranas y gasas de alimento
donde el tejido fuerte de su emolumento
lo catapultó con el vigor de la roca incaica al mundo/
El “único Ernesto nítido” iba desenmascarando la vergüenza planetaria,
el antifaz del hombre no hizo mínimo obstáculo de rodilla doblegada.
Mientras... La selva mimetizaba su oscura barba,
del sur Patagónico a los colosales imperios iniciaba el fuego del  habano y el ron encendido iluminaba su camino destinatario/
La historia iba registrando su épica en infatigables papeles.
La tierra abría su párpado de vista fecunda, mirando sus ojos de condena y  la feroz boina rebelde de mano curativa/
Fue la arcilla para el compadre y su sangre ferrosa derrotó al enemigo/
Cuando de la Cuba aislada bajó sus ideales de regreso
emergió el púrpura su suero gallardo que derrotó al tiempo de la maquinaria/
Su oído se hizo vista de memoria del Sur Austral al Afganistán donde
los poderosos doblaron sus monedas de derrota/
Amaneció su tacto en la rosa salvaje dormida e impregnó sus colores de única lengua/
El arbusto sorbió la potencia del acero y la harina expulso su dejache/
Anduve su tierra de exquisito sentido con la blanca bandera de las uniones
compartiendo la luz nívea rondando sus ojos de futuro/
Del vientre de la isla descendió como un “Che” y la historia narra todos los idiomas en su palabra entre la espesa selva indomable del eterno Ernesto.
El sicario imperial que jaló el gatillo se encarceló en las torres salvajes de una península/ Condenado mortal que llevó su palabra en la memoria insana con el peso de sus últimas palabras dignas del tormento, fue un servil que el “Ché” descono/Cia/
El aleve supo que no disparó a un cuerpo
sino al orgullo de la raza humana centrada en un hombre.
Mundial patrimonio.
Pequeña esfera de riqueza,
en una paradójica Argentina rica y enflaquecida/


Irrepetible “Che”/ A tu memoria aun viva.


Este escrito no conlleva ningún tinte ni partidismo político.

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VIBRAR DE CUARZO


Retumban tus clarines
al mediodía,
Retumban vibrantes cuerdas
de cuarzo que dibujan tu estructura/

Velo la presencia del sol
en la transparencia de tus aristas.
Oigo retumbar el latir de tu pecho,
ese fulgor de músculo
que llevas por corazón/

En la luz viuda de telaraña prístina
tu eres la vela
encendida en la opaca noche/
.
En el vestido de las nubes
el esplendor desnudo en figura.
que los astros no pronuncien preguntas
de envidia a los esbeltos jardines
ni a invernaderos de pétalos en seda
porque tú eres la más bella flor
en el reflejo de mis aristas/
                                     
                                             Escucho  el canal de mis venas
                                              pronunciar mi nombre,
                                              en la curva de la caracola y
                                              en el aleteo de la mariposa
                                     donde el nocturno despliega sus gaviotas,
                                                   tapadas por tu sombra,
                                                donde enciende la luna
                                    trazos semblantes en tu rostro de acuarelas/

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CON TANTO BESO ACUMULADO


AY, mí amada morena, boca cultivada en la plata.
Si los labios los volara el viento
qué harías con tanto beso acumulado.
Si tus ojos fuesen huecos o blancos...
¡ Donde hallaría el mejor
de los negros esculpidos ¡
Si de tu boca huyera la voz
sin ser pronunciada en palabra,
de los pechos de aire detenidos
quedarían los esternones en fogata.
Sin tus huesos con carne roja no habría mas pieles,
mis labios de insaciable sed
andarían la vida con el morado violáceo.
Si se nos fueran los colores
de cada hora sustituidos,
mezclados con el humo caminante,
lavaría con mis lagrimas el mundo
y los pajares,
hasta que las hadas crueles
nos devuelvan los tesoros sumergidos,
disecados y exprimidos
en la brecha del agua y la zanja terrosa, y
la negra greda florecida,
asomará al trigo reluciente en la mañana.
Inmersos nosotros
en una mezcla de cemento eterno y de única muerte.

Sin importar los huracanes que vuelan los graneros.
Viviendo de besos cerrados en un ánfora  
durante las cuatro estaciones.


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VOS Y YO, UN ECLIPSE DE OJOS


Vos y yo,
la ecuación resuelta del amor.
Con un eclipse de luna recostado en los ojos,
sumergidos en el cielo socavado
que reconoce nuestros rostros.
Nos chocamos con los dientes de la bruma
y luego del vértigo en consecuencia
salimos con certeza de amantes
entre los escombros de las ruinas.
La boca desierta de palabras y
el viento cómplice de nuestros gestos
rodaba el aire en los dedos
con el ímpetu de nacientes cerezos.
Vos con tu vientre de avena en flor
donde con mueca de tulipanes sonríe el sol.
Yo entrando en lo compacto de tus caderas,
 rugido y tronar de sonora catarata.
Vos y yo en una ardiente rumba
derritiendo el hielo en las cordilleras,
en la melodía de un tango que no llora
la antigua noche de farolas
Los sentidos encastrados
en un combate multiplicado de  rayos.
Vos y yo atesorando años
en los pliegues de las manos,
en las uñas resquebrajadas
por los poderes del tiempo,
las columnas de pieles
precipitadas en gravedad.
Vos y yo
apremiamos el fuego de la estrella
y que los astros oculten sus razones,
en el vasto trinar de aves bellas
entramos en temblor
abrazándonos los corazones.
Gravitando el círculo grande
bajo la luna propicia de los amantes.
Vos y yo,
un sentimiento de flor y estambre
tallado en la plata del alambre.

                        Todos los derechos reservados a editorial Palibros




TU BOCA ES MI MORADA


EL mapa blanco de tu cuerpo
es una sustancia nívea de albor
tan blanquecino que he pintado
mis labios con cruces rojas sedientas,
marcándote con el humor de telaraña
que fluye de mi boca.
Era el tiempo de uvas verdes amor,
algo cantaba en el puerto
de tu maduro vientre.
Eran albricias de grillos danzantes,
vuelo de golondrinas agitando mis labios
ávidos, festejando ternura de lana misa/,
Las locas aguas
subían a tu boca
en el vértice de tus campanas
donde sonaba el rio
como la espiga metálica que golpea los bronces/

Abres tu boca y yo vivo en ella
la tempestad y el frio,
el calor del ápice en el musculo elástico,
obnubilado de gotas que exprimen
los gajos de tu profundo cuarto/

Pétalo partido en medio de un rayo,
he llegado a silenciar tu palabra
en el cruce de cuatro labios
que se cierran como claveles nocturnos
bajo el rocío de ensueño acorralado.
Se principian en gotas
hasta ser marea de espuma,
agua de manantial que brota y
no hay tajamares ni diques que detengan
los fluidos en que naufragamos/

Intercambiamos frutos que tiemblan
en la orilla filosa de osados labios,
que cercenaron la distancia
hasta plegarse como un tejido
de algodón humedecido
en el estanque vivo
de nuestros pistilos amantes/
Con los ojos cálidos de estío,
en un tiempo sin nombre uncido
dos cuerpos cosechan su siembra/
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DISFRUTA EL OCIO


Disfruta el ocio con plenitud,
De natura su manjar,
Sin importar cuanto ni cual,
La lujuria tambien es virtud.

Reposa placido entre los ruidos
Y descansa tus pies vagos,
Lustra la raya de tus manos,
Sin culpas, asi no habra castigos.

Ya habra tiempo para el hacha
Y del yugo has de tirar
Cuando la tormenta urja.

Ahora acuesta tu esqueleto
En el agua del mar,
Sin prisa por hacer una burbuja

ELLA QUIERE FUEGO ENTRE SUS MANOS

Ella no quiere fantasmas,
ni la senda de vacuas almas.
Ni ser la diosa nocturna
en que aúllan  viejos
lobos su hambruna.
Ni pedestal de ocasos en el día
de su barca de nupcias
que navegan corsarias orcas.

En el designio que ella elija.
no tolera la efímera codicia
En el paraíso de hibridas serpientes.
ni en la oclusión de su mente
el silencio poluto de vanas cosas.
Ella se condecora de postergar
bienes inertes,
opta por su esencia femenina y
el valora de espíritu en su simiente
que no claudica.

No es meretriz de labios
áridos multiplicados en la hora
que requiere la urgencia.
No transige ante sonrientes fetiches
con dientes caninos que delatan
la ausencia del compromiso.

Opta por lo comunión entre dos solitarios
labios que sean cuatro belfos comprometidos
y en la intención del amor
que fluya el hervor entre sus manos.

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