viernes, 30 de agosto de 2013

TELONES EN EL CIELO...


TELONES EN EL CIELO...   (RICARDO ALVAREZ).


Cielo de madrugada, tímido asomas tus ojos
estrellados en el cristal de una filosa nova,
Te reflejas como la noche rota  en pena partida
de ínfimos espejos,
como un cepillo que despeina los pelos lánguidos de la tierra
y el velo tormentoso de la bruma con sus alas rotas
deja tu postergado claro en el buzón gris de la niebla espesa
y su corazón de oscura tiza/.

En tu inocente castidad amaneces
con el trémulo rubor del aceite en la rama/
Y aquellos...
Esos y los otros que miran hacia arriba,
ven tu seda de nodriza casadera y
tu mortaja iluminada empujando un espacio de relámpagos
donde tu techo de mano floja libera el invertido manantial
en los brazos furiosos del agua en caída/
Agua próxima al pétreo que arroja ladrillos por tus grises desvelos.
Cielo sólido del plomizo rasgando un agujero de aire
donde pronunciar tu voz de presencia
y la ingrata ausencia del movimiento te va dejando sin aliento/
Con la sed y el hambre de los sazonados manjares
mientras la lluvia te desarma como un juguete de plástico
y la bruma despliega su telón tiznado/
Entre las paredes del aire aguardas
con tu piel de astro macizo sentado al banco de la espera
que entre las avenidas sin huertos un coloso paraguas cubra tu vergüenza/
Mientras... Nosotros...
Plantados en las veredas como un hongo de secuela
trepanamos cada poro de los submarinos techos
con el afán de vida de peces ahogados,
bruñimos la espalda del vidrio errante
porque ansiamos tu presencia de noble celeste
iluminando con tus planas pupilas espirantes
las amantes miradas de tu esencia
en este trajinado urbanismo sin colores
donde estamos sin prados con tu ausencia/



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miércoles, 28 de agosto de 2013

HOJARASCA Y VERDE AVENA...


       HOJARASCA Y VERDE AVENA...     (RICARDO ALVAREZ).


Después de los golpes y el terremoto,
los huesos rotos en sacudida,
fue el  desgarro de tendones en la frontera
de la Pampa nuestra. La Pampa arrasada, y
el sur desolado donde la espina salvaje del civilizado
chorreó la gota roja de los ríos arteros,
donde el Rankul se bañaba.

El viento olvidó el soplo ante la capucha y
el antifaz de la blanca rosa goteó su secreto  de lágrima.
Antes de la soberbia llegó el ojo mísero,
se partió el cuello al cisne envilecido
en la cobriza mano guerrera del Patagón.
Subió del océano el tesoro de la codicia pirata.
Del reino idólatra poderoso se abrió la hoz y la guadaña.
De tanto exprimir el suero, el llanto asfixiado
consumió su pólvora en el lago del desahogo.

Se fracturó la cultura Tehuelche,
el ojo ávido del Guaraní se secó.
La tierra se cegó de pluma y de hierba
El Ona se hundió en el abismo de la ciénaga
con su  inmenso pié descalzo.
Del sembrado del Quechua quedó solo rastrojo.
la mazamorra se hizo con agua turbia y
el chipá sabia a sal de mar muerto.
El caballo del Wichi fue codicia del pillaje,
el azotado desierto inundado de silencio.
De la escalera norteña del Toba quedó solo un peldaño.
Entre la cordillera y el mar,
el cóndor andino se congeló de humedad.

¡ No se pudo hacer nada ¡
Cuándo la flecha del destino -vestido de blanco-
armó su arpón de punta, clavando la sangre del lenguaje,
el idioma se anegó en el barro teñido de rojos glóbulos..
La ancha vena del corazón sacudió en temblor, 
la sesera explotó repartiendo desparramadas neuronas.

En el desierto llameante de Roca y su campaña
se quemó la raíz del árbol nonato
por la imperial orden del ferrocarril.
la salvaje hermosura indígena se quedó sin ojotas, y
del camino ritual del indio caminando sobre las brasas
sólo quedó la ceniza del ascua apagada.
Cuando vi la hojarasca,
no como osamenta inútil del árbol despojado.
sino como fuego de una pira,
una hoguera que encendió el cubículo de mis ojos.
la ancha vena de la ira se estremeció...
Entre las cruces del hombre elegí la de la memoria,
para que el trueno y el agua no la borren del planeta.
Puse al fuego a la soberbia
- no al soberbio-
Arrojó pestilentes pesares ocultos
bajo la piedra de los dolores humanos
y la tierra de los osarios gimiendo en la cisterna
donde se revuelcan los gemidos no escuchados
del hombre dormido y en vela,
bajo la gleba de la tierra, desde el tiempo de antaño.
de la época del fuego con la piedra,
donde anduvo el venado tierno
con los ojos del trigo dorados,
y la sombra del prado como testigo de la historia.
En el estambre verde, entre la hoja de la avena.



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CASTIDAD de AMOR...


       CASTIDAD DE AMOR...      (RICARDO ALVAREZ).

Vírgenes sin escuadras
Perdieron al Angulo de sus muslos.
En tempos inútiles velando
Amarillas pizarras y santos mustios.
Frías bombacha que no suspiran,
se congelaron al minuto
de la esmeralda petrificada.
El tiempo ha enloquecido
de contar secuencia de números.
Álgebra de enaguas antiguas,
la hoja del placer se aletargó
en un reloj moribundo.
En su peso caen erectos arboles.
hartados del reposo de las faldas.
la marca de tu corazón
se fraguó en la ausente juventud.
La luz se hizo sombra de ciegos corceles.
Dibujó tu espalda un príncipe azul y
murió en los muros de las pizarras.
Mi dulce amiga, cruz del amor casto,
se escriben diez siglos con hilo
en el borde alambrado de tu corpiño.
La libidez se diluyó
entre las aguas higienizantes
El amor apretó tus dientes
y llenaste de lágrimas
la copa transparente
de nácar ausente.
Tomas tu agenda oxidada,
tachas nombres que ayer fueron
promesas de amores y
hoy haces trizas
sus recuerdos insistentes.


HURACANES, MORENA...


   HURACANES , MORENA...     (RICARDO ALVAREZ).         


AY, mí amada morena, boca cultivada en la plata.
Si los labios los volara el viento
qué harías con tanto beso acumulado.
Si tus ojos fuesen huecos o blancos...
¡ Donde hallaría el mejor
de los negros esculpidos ¡
Si de tu boca huyera la voz
sin ser pronunciada en palabra,
de los pechos de aire detenidos
quedarían los esternones en fogata.
Sin tus huesos con carne roja no habría mas pieles,
mis labios de insaciable sed
andarían la vida con el morado violáceo.
Si se nos fueran los colores
de cada hora sustituidos,
mezclados con el humo caminante,
lavaría con mis lagrimas el mundo
y los pajares,
hasta que las hadas crueles
nos devuelvan los tesoros sumergidos,
disecados y exprimidos
en la brecha del agua y la zanja terrosa, y
la negra greda florecida,
asomará al trigo reluciente en la mañana.
Inmersos nosotros
en una mezcla de cemento eterno y de única muerte.

Sin importar los huracanes que vuelan los graneros.
Viviendo de besos cerrados en un ánfora  
durante las cuatro estaciones.



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martes, 27 de agosto de 2013

URDIMBRE NOCTURNA...


    URDIMBRE NOCTURNA...       (RICARDO ALVAREZ).


La noche se duerma
exhausta,
el día amanece
con brío lento.
La madrugada precipitó
lluvia en silencio,
como agua diáfana
y ruidosa golpeando
sobre el techo,
con gotas azuladas
movidas por ráfagas.
Las esferas del tiempo
se perdieron al piélago
de la tierra,
armando arneses
que sostuvieran
los cristales del cuarto,
antes que  el viento
gimiera entre los árboles.
Las casas armaron
sus portales reforzados y
los gatos de la oscuridad
quebraban huesos,
de pájaros adormecidos.
De su trino mínimo
quedó el eco en el ladrillo,
al estreno de la mañana.
en una cama
del barrio humedecido.
Estiro mi brazo
hacia un costado,
al envés de lo entumecido.
Antes que la palabra
despertara en tu boca,
se cruzó con mi boca.
Cuatro labios de infarto
anudados en silencio,
La sed se acrecentaba
de frotar los espasmos,
En un latido paralizado
se deshizo del tiempo
y su hora de olvido,
así dormidos entrelazados
con los dedos hasta
los huesos encastrados
un mimbre urdido
con los hilos de mi pecho,
y en las manos, un laurel enraizado.



LABIOS DE ARTESA...


         LABIOS DE ARTESA...    (RICARDO ALVAREZ).

¡ Morena ¡
Tez de oscuro cobre.
Te vi desde el blanco
lucir tus ojos azabache y
escondido ya era a tus brazos
cuando la tempestad
inició en tus hebras
de cabellera al viento
un rito de rojo fuego
acumulando el color del vino y
la tierra quiso que durmiera
bajo el cielo color de hembra.
Era yo,
el que aguardaba tu claro meridiano-
Raya de luz, burbuja de espuma.
Bañé de lumen tu altura y
en tus senos reales
conocí la turquesa.
Me adosé a tu reina cintura de dones,
Piel emperatriz.
Rocío de leche ubre..
Comarca del madero,
combustible donde la rama
enciende la llama
y lava el madero sus vapores.
Universo de tea amapola,
hierba y legumbre nutriente
son tus caderas de antorcha.
entre los silencios confusos
germinando del blanco lodo,
enredadera de dedos y colmena,
asombran mis pieles y sus baldíos.
Tu pubis de peñón es mi devota iglesia
de palomas que asoman con sus grillos
de agua en un  voluptuoso río
que sube en manantial de roca
hastalas fauces de tu voraz boca,
expulsas tus aromas donde
mi olfato inhala tus tulipanes.

No era otro que yo, algo cáustico..
que trepané tus sienes de país
e ideas pobladas.
condecoré mi tierra simiente
cuando choqué tu espiritual fortaleza,
donde el olvido guillotinó su cabeza.
Al filo de tu alma noble,
el oriente no pudo comparar su belleza-
Ni tu boca de un solo frente
ni tus espaldas que ignoraron
los ojos y rumores ajenos
con besos públicos
de cuarentena devorante
apagando mi fuego de harina
y molienda purificada

entre tus labios de artesa lubricada. 

`PRISIONERO...


           PRISIONERO...     (RICARDO ALVAREZ).

Sin dios y
sin playa.
Sin una horizontal raya
de panorame en la visión.
Dentro de la vertical de los metales,
ciego de luces en su dimito espacio
el aire empobrecido respiraba ahogado
aroma a flores plásticas sin nombres.

Rescata los recuerdos húmedos de su amada
que sobrelleva en lejania su vida cautiva.
Del tiempo del parral era su pelo de ambrosía
que aliviaba la pena en su mirada extraviada.
Aceptó la condena entre barrotes oxidados
al momento que evocaba sus manos alucinado.
La luna compañera se recostó a su lado,
mientras recuperaba fragmentos de soles,
cartas plagadas del amor de quien lo amaba
y un sello de lacre en dos rojos labiales.

Un día desenredando el hilo de la vida
lo halló con maligna sonrisa la guillotina.


lunes, 26 de agosto de 2013

de BESOS y de DIOSES...


     DE BESOS Y DE DIOSES...     (RICARDO ALVAREZ).

Tus besos y tus voces.
Tus caricias y tus dioses.
Tus eléctricos muslos de usina.
Tu signo madurando en el espejo,
Mi tinta de islas
embebida en aguas de tu pecho,
donde nado con náutico reflejo.
la profundidad guarda marcas de tu leyenda
en las runas que la nova bajó en tu escritura.
El cielo no equipó ningún aguacero
que inunde nuestros archipiélagos,
ni nuestra hora de fiesta,
ni los frutos, ni los sembrados huertos.
Con brutal fuerza encarcelaré las espinas
sobre la torre de la tormenta
y la dilatación del húmedo ladrillo,
enterraré en las cuevas
un manantial de reflejado arroyo.
En la altura infatigable de la montaña,
reclamaré al clavel del aire
conservar tu aroma silvestre.
Amada,
 yo instalé mi sudor en tus poros y
cuando la noche resaltó tus pestañas
perdí las estrellas bajo tus parpados.
Me envolvió la seda iluminada
en tus palmas de mañana
cuando curabas mis heridas.
 Así supe que de las tinieblas
me rescataron los dioses
que duermen en tu vientre bruñido.
Del inicio del fuego ya te amaba.
de mis pies nómades y mis sienes
urgentes mirando sobre el horizonte.
Tú traías labios de vírgenes rosas
y se fueron con rojos violados.
Fue lo agreste de la foresta,
cuando despertaste bajo el árbol
de hadas,
cargada de alas y sustancia en tus lados
hasta la fatiga de mis labios.
En tus  largas piernas comenzó
el roce de los leños,
hasta los inviernos con plataforma
de hielo explotaron sus volcanes.
Un verano continuó
con el hijo prodigo de otoño.
De hojas quebradas,
de amarillentos papeles
girando en las aspas del viento,
bajo los poderes del cielo
desbordaron los jugos de las viñas
y girasoles de ciega mirada
sentían la acción
cuando mi incliné a tu reino
entre medio de la nada  y la pradera.
Invadí el imperio de tus campos,
a rogar a tus dioses el mandato de tu caricia
y que en mi boca pusieran eternamente tus besos.



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viernes, 23 de agosto de 2013

FRUTOS DEL ENEBRO...


    FRUTOS DEL ENEBRO...     (RICARDO ALVAREZ).

Bajo la noche en que estoy amparado
hallo en una blanca estrella tu recuerdo del alba.
Desterrado como los viejos puertos sin uso
siento rozar antiguos ritos de corolas en mi alma.
La marea vuela con alas de eco difuso,
canta con sirenas moldeadas en tu forma de hembra/

En ti acumulé todas mis banderas enamoradas
con el afán de un infante sin pompa inaugurada,
hasta que el reloj tocó su hora de partida
me ceñí a tu deseo que se iba haciendo neblina;
como una lumbre diáfana de derrumbado faro
abandonado de besos te miraba de la lejanía/
Antes del agua reviví tus pies de embriagada playa
con mis velados párpados,
mi naufrago corazón se hacia gajos en rayas/

Antes de tenerte compartida diluí los escombros
en lo mas interno de mi sombra/
Oh amor mío, el canto se ha hecho tan estrecho
qué en mi oído de desvanecida caracola
me quedó un silencio de copa vacía/ Fuiste en mi tacto la
ceñida cintura de turgencia/
Me llevo tu beso único de copa tinta 
cuando entra la negritud del agua salada
y conjugo en verbo tus deseos de latido
y en adjetivos tus contornos recorridos/
Asé parto en la feroz ruta de un gris enero
más sólo que una barca de papel irónico.
Con los frutos de tus besos y la alquimia de tu ternura,
girando en mis pies descalzos la magia del enebro.


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DENTRO DE TU ALMA...


    DENTRO DE TU ALMA...     (RICARDO ALVAREZ).

Te amo en el vibrar
silencioso del abanico
entre el sigilo de las ramas caucas.
Algo de la verde foresta
te implantó acuarelas
de pinos y bajo mis pies
recogí hojas de estío.
Te amo en tu país de sombras
o de grillos,
en el giro de tu boca
repartiendo felicidad en gritos.
Te amo al límite del dolor profundo,
en la comunión de las aves amarillas
perpetuadas en el cielo.
En la castidad de tus manos
doblando girasoles,
en los campos de agua magna
donde aclaré la inútil vergüenza
de extraviarme en tu propio pelo.
Con sales de olas amo
tu piel de salvaje begonia
hasta las espinas que lleva tu espalda,
y en el dominio de tu boca
ensanchada de plata
desde los crepúsculos
hasta los ocasos,
donde el misterio del viento
hincha sus rosados pómulos y
sopla horizontal la nave
de dos velas jalonadas.
Del tiempo que la música
se enamoro del sonido
y nació el hijo digno que llamaron canto.
Te amo aun en los muros de la fusilaría
donde la palabra es un rumor mudo.
De mi dolor que se esfumina
mientras remiendas mis pantalones
con manos artesanales.
Tienes la formula exacta para llegar a mis talones
y soplar hasta mi cuello vuelo de libres mariposas.
¡Amo!
Ningún pie amé antes que tu paso.
en las décadas que frecuentaba los puertos,
hoy abandone viejos retratos
desde que llegaste con tus mareas.
Te sigo con marcha leal tras las fronteras
hasta el espacio que crió tu cabellera.
Juntos tallamos viejos maderos resucitados
renovando fuerza en nuestras venas.
Bajo un cielo azul compañera,
las trenzas de la lluvia
guardaron tus lágrimas en el libro de la tierra
y en el árbol de la memoria
plantado en nuestro jardín de diamantes,
donde veo brillar tu sombra.
Cincelé un trozo de viva madera
grabando tu nombre,
con la fuerza de mis manos
y la suavidad que habita tu alma

jueves, 22 de agosto de 2013

ESTUPIDEZ VIRIL - microrelato...


       ESTUPIDEZ VIRIL...    (RICARDO ALVAREZ)

Hamacas de brazos pendulantes encausados en la corriente de la avenida.
Con los pies amputados parecen zapatos resbalando en la arena sumergida
Espalda de maniquíes y  anteojos en hoyos huecos.
Luciendo enorme ropa en diminuto legajo, testimonio falso de una extinta raza perdida.
Paupérrimo disfraz de inopia en los cafés y las parrillas, los bares populosos con muchedumbre de poca ingesta.
Lustrando manos anunciando al mozo su llegada, con tanto afán  aplauden
que parece el recital de su vida.
Sentados en la tabla incómoda como si fuese sofá mullido, recuestan sus corvas espaldas de escaparate, estirando las piernas laxas y los decorados dedos de maquillaje.
Leyendo el anuncio de la carta en hebreo, eligiendo el menú torcido,
Inclinando los ojos por la derecha, selecto de números
Y a la izquierda una ruleta les indica la suerte del estómago.
Suenan los bips en sus capas de oferta ampulosa, vidrios coloridos de los teléfonos de mano.
¡ Tecla y habla, habla y tecla ¡
como piano y micrófono, de a sorbos un poco de soda barata y agua de Alaska.
Paraguas o sombrillas,  puro mango dorado, colgadas en abundancia de las  sillas como perchas que parece una selva en medio de una lluvia.
Oscura tela, si se abre filtra el agua en goteras, mojando mas que la ducha.
Típico ademán de parroquiano y langa.
Siguen bordeando el aposento, acomodando las nalgas doloridas.
Sobre la mesa un atado, tabaco caro y fuego deslumbrante de chapa brillosa,
parecen reses en concurrencia a la cola de la  barrera del matadero,
temblores de pezuñas y sudor anticipado
Mirar encauzado al reloj esperando en el invernáculo, donde gira el circulo perezoso del tiempo
¡ Distinguir una dama entre tanto sexo de oferta caminando ¡
Deglutiendo el paisaje de edificios, disfrazando la abulica espera de las glándulas erectas y las axilas perfumadas, excitado enjambre, con tanto paseo en la vereda, 
tanto pecho, glúteo y cadera excitante. Como en cabaret de lujo con pase barato.
La axila perfumada y el elixir diluido en la piel van huyendo en cada minuto, siguen todos varados como barco en muelle cerrado a la espera de la cita atrasada de una mujer de piernas largas.          Como si fuera una conquista ilusa, ya fracasada,
¡ Fervientes creyentes equívocos que él SI es masculino ¡
¡ Ah, si supieran la verdad ¡
no verían pasar enrojecidos la vendedora ambulante
Con la barba crecida de las horas sin navaja, ignorando que el NO ya les pertenecía, siguen y siguen los socios como frailes fraudulentos en una capilla masculina, con los ojos de vaca estúpida mirando la puerta
Y los socios como párrocos fervientes de una iglesia en cafetería, ya no miran la ventana y se observan como cómplices ladrones robados.
Tras el vidrio han pasado...
 trescientos hombres, cuatro mariposas ondulantes, dos policías, cien estudiantes y hasta un cura.
La barba crece y crece y la DAMA de piernas largas parece que no encontró la puerta.

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UN HUECO...


    UN HUECO...     (RICARDO ALVAREZ)

Destella el árbol de la tarde
la sonrisa de mi padre y su madero de tesón.
Que distantes los ecos de la lengua
del cedro tallado con la garlopa.
Se aproximan los momentos del otrora y la dicha,
el breve poema expulsa mis dolores y
atrae en imán su habla de sabia y ternura.
Un hueco que dejó la vida y su ausente palabra y
un verde idioma que me enseñó su esperanto.



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VACÍA...



         VACIA...     (RICARDO ALVAREZ).

Un rostro gira cada mañana
en hábito de inútil rodilla.
Desteje su memoria
el hilo negro de su propia sombra,
Su cara no halla el espejo…
Su pecho de agujero traspasa la espalda.
Es la que tuvo su pasado de todo,
la del ciego corazón que no pudo ver nada.
Huérfana quedó de labios y sonrisas a
las ventanas abiertas de la espera oblicua
legaron su corvo dorso, y
el frio congeló sus antiguas mejillas rosas.
La cama poderosa abrió su boca y
extraviada la atrapó en el abismo de su propio lodo.


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TANGO...


    TANGO...     (RICARDO ALVAREZ).

Evoco una senda al dominio de las cañas,
a la luz de los guayabos dejando
su marca de negros dolores en las claras enaguas.
El ceibo reinventa el aroma del joropo Venezolano,
y los asesinos dientes del cocodrilo universal
trozan los tiempos del cerezo en Japón.

Encima de mi hombro la sensual mariposa
hizo su curva de vuelo y narco amapola,
dejó las narices del mundo en las nubes,
el árbol del pan alimentó el derrumbe y
el caos instaló tan alto su trono
que incendiaron las ciudades su rumbo afligido.

La pena aovó la gruta del dolor excavado de los recuerdos y
de mi ácida boca de reproche brotó un resalto de reflejo y selva.
Los espectros rodaron su suerte de moneda
en cada amplitud de mis gestos.
La parca anduvo buscando su mordida de manzano en mi débil humanidad.

Pero veló mi corazón por su gemela hembra
sin dejar evidencia al mañana.
Nos dió la llave de la celda vespertina y
la luz asomó con su  fuelle  encendido de lampa y sonido.
Gasa estéril en su boca
que deja la nostalgia de un tango sin heridas/
El rayo abre su boca de escote y
el bandoneón sopla la melodía de la moneda afortunada.

                  ¿Que quiere decir este tango sin bandoneón?
            No quiere decir nada,
solo expresar libertad en el verso, la prosa y la palabra.


miércoles, 21 de agosto de 2013

JORGE...


        JORGE...   (RICARDO ALVAREZ).

Ahora Jorge vuela
en cuatro alas de mágica mariposa.
En un corcel dorado,
hecho de espigas libres y soleadas,
vuelve su propia voz
subiendo el arco eólico del vástago,
en la altura conquista
el aire de las aves y
son sus alas en mi cielo sin borrascosa
deletrea sílabas propias
que mi verso atrapa de memoria y
como hiedra afable se enreda en mi verbo
sin época
hasta el feliz hartazgo.

Giran en círculos aspas de molino
cuando murmura con la tempestad del vino,
asciende su fuerte aliento de rama ornada,
rompe su peñón de vidrio y
amanece en un trébol afortunado de hojas.
En sus manos teje un forestal tupido,
creciendo con sus ondinas boscosas
refrescando la piel suave del hollejo.
Yo te veo amigo,
con los mismos ojos inclaudicables
con que hoy reviso el papel.
Con la afable mirada contemplativa
conque tus manos saludaban el ayer en pergamino.
Manos estremecidas de canto vívido
manejando la hoja nevada del cerezo nipón florecido.
Te he visto mas allá de la gama del arco iris,
en la anatomía de tus alas reflejando ultravioleta.
resbalando en carne y hueso tu arte de patineta.
Te vi saltar los alambres de la pradera obsoleta
y tras el vitraux de tus ojos merecidos 
con dos pupilas de niña embelesarte.
Te he visto soplar un papel y
armar la sonrisa de un payaso erguido.
Mover tus pies de ozono por la baldosa,
hallarte tras el dorso de todas las cosas
reflejando del ocaso lumen al límite florecido
en tus sueños emplumados seguías levitando.
Ahora jorge, amigo,
sigue volando en la espira de un carrusel divino
porque del suelo en que tus piernas han partido
dobló la tierra sus pies torcidos y
en tu mundo de riqueza estacionada en latido
con hombros de alerón abierto ibas rasando
tu vuelo de querubín con oxigenado respiro...
Llevabas tanto aire tras las rayas del tigre sumergido
que en tu espalda de destino
que volvías de las rejas con locura y desatino
a enriquecer los copos nevados de las nubes.
Con la gracia ágil de un saltimbanqui y
la prestidigitación de un mago te vi refrescarte
en los peldaños mojados de la escalera de la muerte.
Hacer de un charco un azul estanque
y en la vía Apia de las turquesas
suspirar ellas por tus desvelos

Hasta luego amigo...
Mientras té ausentes
he de satinar tus trofeos de orbe mimado.
Con un calidoscopio admirar tu interno planeta.
rico en jugos preservados para un niño.
¡Te digo amigo!
Que  entre las horas predilectas de mis recuerdos
tú ocupas el trono de la conquista,

En un rato nomás Jorge,
en los cristales rayados por la brisa
veré tus salientes manos en las aristas...
En el jardín otoñal de los verbos,
el verso vivo respirando
música y vibraciones/


 a mi amigo ya fallecido, jorge Correia da Silva


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