domingo, 12 de noviembre de 2017

LA POETISA DEL MAR







  
Hay una canción que canta
el profundo azul de ultramar,
una lengua de sal penetra las murallas
del arenal,
sobre una dormida caracola
la solitaria poetisa procesa su andar.
Llega a los canales profundos
su dolor de puñal.
Se hunde con angustia
su voz que calló penas de indigno amor.

Un cántaro salino absorbe su sonámbulo mirar,
Un istmo de espuma
roza el mineral y vuelve la muerta sirena
en ráfaga peninsular.
Una pluma de albatros recoge su mano
y traza nuevos versos con perplejidad.
Fluorescentes algas marinas
y diminutos hipocampos del océano
traen su cuerpo lastimado del andar.
Una lámpara submarina enciende las olas
con lentejuelas de soledad,
se viste de transparencia la poeta dolorida
con tules de ensueños que dejó en la pleamar.

Es suyo el sollozo gimiente de palomas,
un soplo de fuego apagados en las fontanas.
La luna triste se abanica sin barandal,
la canción melancólica rasga la guitarra
un sonar apagado de campanas
resonando como un trueno de hojas.
Vuelve ella con sus nanas,

tanta congoja de desilusión no cabe en su percal.

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