martes, 28 de mayo de 2019

AGUAS QUE UNIFICAN


  
           

 Voy viajando por surcos pedregosos
como un rio de piedras anchas,
sendero de rocas duras
trazadas por el viento.
Cristalino en la mañana
donde los bosques umbrosos
aclarecen por la lluvia
y en los valles fértiles me deslizo
tierno y bondadoso,
alimento acequias en la casta
majestuosa del trigo,
de mi beben los abrojos
y los pastizales liberados del apriscos.

Por las noches trémulos amantes sonoros
musitan a la ventisca de mi oído
apoyando sus azucenas sobre mis hombros
funden sus manos oscuras y saltan a la claridad.

En mis aguas hay quietud sonora de plácidos nidos.
Aguas en sosiego de lagos son alcanzables
en las riberas que los pies se apoyan,
como un mármol de tierra bendecida
corteza de árbol o piedra seca y dura
viajan por mis orilla la castidad
de corazones abiertos se enrocan
con la vida. En el aluvión inexpugnable

hay pórticos de soles en obertura,
ritos sagrados que nadie se anima
sorber el corazón de la fruta.

me inclino al huerto de apasionados amantes amores
con este flujo teñido de purpura
atestado de mil ciudades difuntas,
pueblos que se despoblaron en diáspora,
plazas y puertas refundo sin vitrinas
cuando percibo que las almas se unifican.



De LLUEVE EL VIENTO EN LOS TEJADOS-  A publicarse en julio 2019 - Ed. PALIBROS - N.YORK - EEUU

Hecho el Depósito según la ley 11-723- registro de autores.

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