jueves, 24 de octubre de 2013

DESDE UN ABRIL


Me urgen los susurros de timbales en cálido vientre.

Con ecos al aire, disueltos a la distancia.
Plenos de mujer bella,
 en llantos enjugados y alegrías compartidas.
En sueños de piedras blancas, comparto contigo esta dicha.
Cuando me persuade tu sonrisa
de platinados cobres resueltos,
soy mendigo de tu amor a ultranza,
prisionero de tu corazón,  esclavo de tu alma.
¡ Desde un abril. Seis lunas se han escondido ¡
Tu narrabas hechos de encanto,
en amalgama de gestos, y
con labios mudos,  acariciabas el alfabeto.
Te miro hoy, y en tus ojos de espejo, se refleja
el mundo, delgado para tu sustancia de nube.
Que en otro abril no te acechen,
fantasmas ni demonios cobardemente refugiados.
ni sombríos horizontes, pendientes de balcones,
donde la penumbra es moneda corriente.
He visto tu lado afable y
el placer derramar en mi falda
como el vino que ungió a la uva con asombro.
Brindemos por seis lunas de cosecha,
soleados amaneceres y crepúsculos compartidos.
Sepultando enmohecidos silencios,  sin palabras que cohíban.
Te colmaré de besos entre abriles y
cuando hojas de almanaque cambien,
habrá  un renuevo de caricias acechando tu piel,
y un resollar dulce, de tierna voz resuelta,
propagado al recodo eólico de tu oído,
Desde un Abril, en alas de vuelo de alondra,
deslice al aire, mi copa leal de tiernos besos,
por las hiladas perlas que tu me diste.


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