Llevo mi carroza de valiente corazón
con los laureles florecidos
en la antorcha del Olimpo.
Los capilares contraídos
y vainas inflamadas
a las tierras muertas de los
descabezados.
Con resonante música,
de platillos y tambores
No toco solo alabanzas a los héroes gloriosos.
Porque también
¡ Vivo y Hurro a los héroes
derrotados ¡
En las predatas,
las fortalezas y
los mares que ahogaron
sus barcos con mástiles,
velas, y
razones de infinitos
ideales.
Para mi no hay mas honor
que la contienda perdida con
la cabeza altiva,
que en la batalla histórica
retratada.
Ni valoro las muertes por
las conquistas
de los guerreros
enaltecidos.
Mas que los rostros de los
soldados sin nombre.
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