miércoles, 23 de octubre de 2013

TU HUERTO DE FLORES


Tu sabes que iría a ti,
aun bajo las piedras lloviendo.
Con mi uña encarnada y
un manojo de pétalos en la mano.
Hacia tu boca y tu rostro
de invernadero florecido, y
tus labios de estuario de mar dulce.

Sé que te gustan esas simples cosas.
No quiero se te evada la vida tras los sueños inconclusos.
Espérame con los miles de rojos en los labios, y
que un lunes amanezcas,
con la sonrisa amplia del domingo.

Sigue amor las calles de mis venas de instinto.
calla la razón y que triunfe el corazón.
En el vidrio de tu copa
deja enmarcada tu boca de cristal y
que la felicidad nos habite y
no esconda su riqueza bajo la tierra.

¡ Ocurra lo que ocurra ¡
No tapes tu frondosa cabellera en copa de alerce,
derramando la trementina con un suspiro y
la piña con una suave brisa.
Trementina como ácido dulce y ardoroso,
de brebaje para mi sed, anclada y perdurable.

Tu corazón vence a mi razón  y
mi razón se rinde a tus pies.
No suspires mas amor por tu aliento.
Has ganado la batalla.
Con el bostezo del jardín al alba y
la lágrima feliz rociada en tu piel lustrosa.
Pareces un enigma vegetal:
 Cuantas flores tendrá tu huerto de invernadero
que más que perennes parecen inmortales,
inmortales flores de néctar melineo,

cultivadas en la tierra del Nirvana.

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