Artista trashumante,
voraz andariego de las veredas.
En tu piel llevas
los colores que te hacen inolvidable.
Bordeando el límite
de la magnolia
y el alma del tulipán desvestido,
Te filtras en el
corazón como un buzo afable,
sumergido del azul a
la escarlata confundidos/
En los conductos
donde el óleo toca sus talones
abres las esencias
de las alquimias coloridas/
¡ Así como tus
brazos de usina infatigable
reparten los gramos
del amor insaciable ¡
.
A veces me confunde
el edénico paraíso que pintas
con el amigo
terrenal de los abrazos que besan sin pudor.
De tu trabajo de
artista
una célula se perdió
en otro planeta de acuarela.
El amarillo diluido
oculto en tu mente
y el silbido verde
encendiendo tu genio
van más allá de los
montes insensibles.
En tu planeta de
órbita
se pierden los
astrónomos racionales,
porque tu fibra
destella los lúmenes de las venas anacoretas.
II
No puedo evadir tu
talento ni excluir la entrañable amistad
¿Dónde estará la
balanza justa
entre el amigo y el artista expectativo?
Que del amor con
alas y pies de tierra
salta a mi pequeña
oda
e inunda mis aldeas
comprimidas
que deletrea mi mano
de pluma.
Donde tú estés fiel artista amigo,
hallará la vida sus
verdades
y las hadas arpías
callarán sollozando
a tu austera mirada
en hélice desplegada/
Mi verso es trémulo
a tus sales necesarias/
Sólo deseo que tu
camino de senda y brecha,
trace un espejo que
regule la naturaleza marchita.
Por mi amigo,
no detengas nunca tu
trabajo de monarca
en el reino de los
colores.
Ante ti el clavel
asoma sus dientes viudos,
el jazmín enardecido
desviste sus colores
impúdicos/
Regresas la
hojarasca de la muerte vana
sumergida en tus
bodegas de imágenes,
cuando lo diario se
despoja de ropas
deja pétalos abiertos
a tus ojos contemplativos.
¡Vuela artista!
Vuela como una
máquina alada
con el soplo de tu
genio
a los cerros de los
molinos
con las aspas
selectas,
donde la tiza se
dibuja infatigable
y las alas al soplo
de aire multiplicado,
extraen sus paletas
donde nace tu
inconmensurable
tamaño de
sangre
como pincel
implacable de rojas dagas
irradiando los tonos
de todas las uvas
del planeta/
¡Oh artista amigo,
sigue y traza.
No detengas tus dones
¡
Suele ocurrir
que no todos los
ojos son emotivos
ni todos los jueces
regulan la justicia.
Oh amigo, del
infante al hoy de los hombres
te debo los colores
con que escribo
y los conquistados
dibujos que plasmo/
Como artista te
admiro en el escenario de la vida/
Te amo con amor de
entraña
en cada abrazo que nos damos.
Te heredo mis pieles
regadas
para que distribuyas
mi patria de corazón
en tu país sin
bandera/
Equilibra mi pequeño
verso inconcluso
con tus estatuas
movedizas resueltas.
Sigue al canto de tu
mano
que siempre estarán
mis ojos
amurados en tus
colores de destino.
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