Más
allá del vuelo absoluto
de la
gaviota planeando el cielo
se revela
luz en tus ojos nocturnos
tan diáfanos
como la pureza del agua.
Sostengo
tus alas en mis manos
trasvasando
el nocturno oblicuo
que
desaíra la mirada de los astros
bajo
un velo que se curva como olas.
Se
cierra la espuma en la burbuja
y caes
en mis precipitadas carnes
de
vastos afanes, de zumbidos y panales.
Rompo
el silencio de la tarde,
cerceno
mis voces de profundas palabras
con el
pensamiento sublime en mi frente
Estás
más allá de luces de ultra noches
como
si iluminaras los altos picos de los Andes,
ruedas
en las laderas desnudas
entrando
a las bases de los picos
con
pies de esencia inmortal.
Mirantes
farolas en la nebulosa
bruma
de soles oscuros
donde
el viento desenreda los pinos
fosforescente
me miras sin fatiga
y te
enderezas al camino de mis labios
cual
un encuentro programado
en los
frescos brazos del árbol
donde
las aves del agua despliegan cánticos
y las
fibras de los astros se sumergen
en
ríos brotados de besos que inventamos.
En el
protagonismo del mar se impulsan
olas
que chocan labios de playas
y los
insectos del polen hallan dibujadas
imágenes
de crisálidas urgentes
donde
los cuerpos cargados de crepúsculos
adheridos
en capullo se dulcifican.
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