Destella el árbol taciturno la sonrisa de mi padre
y su madero de tesón. Que distantes los ecos
de la lengua
del cedro tallado con la garlopa.
Se aproximan los momentos del otrora y la dicha,
el breve poema expulsa mis dolores
del cedro tallado con la garlopa.
Se aproximan los momentos del otrora y la dicha,
el breve poema expulsa mis dolores
y atrae
en imán su hablar de sabia ternura.
Te recuerdo
dialogando con los gestos
cuando
las palabra caían en los bordes de la vida,
pasaban
los caminos y juntos mirábamos
en las
pausas del cigarrillo los mensajes del humo
mientras
flotaba un ave de espuma en las hojas del silencio.
De a
tanto irrumpían palabras con verdad cruda eminente,
desnudas
silabas trajinaban el origen de las fuentes nítidas.
Te has
ido a la vida eterna del pozo oscuro, legando en cada terrón
de
postrer suspiro la procreación de otra vida,
el núcleo
potente del árbol erguido
que se
alimenta de tu sangre dormida.
Sobre
tu firme pecho amurallado reposa el tiempo proceloso
y
el puntal de tus brazos poderosos sostiene
la tierra de tus lados.
Un hueco vigoroso me dejó tu vida y
la palabra perpetúa del presente,
es el verde idioma infatigable que me enseñó tu esperanto.
es el verde idioma infatigable que me enseñó tu esperanto.
A mi padre- Rufino
ÁLVAREZ ÁLVAREZ
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