¿ Donde estás mujer de enjambre ?
Escurridiza y zumbante, como la abeja.
He encontrado tu raíz
pero no tus pies en el almendro.
He visto la tierra calcinada de tu huella
y no tu paso azul.
Con mi inútil sexto sentido viril
busqué tu anatomía y tu esencia
mística.
El efluvio de tu sollozo en el vidrio
y no hallé rastros de
una lágrima.
Has salido de mi nube nómada
al borde de la cornisa de mis labios
y los ojos de mi corazón
tienen celos de enamorado
por las miradas que no son mías.
¿Donde estás mujer mía?
Que mis ojos de Mongol se rasgan
y mi brazo de veleta apunta sin un polo.
Quiero enviarte el sonido en catapulta
al encuentro de tu oído, caracola
diminuta,
que el viento arrastre mi voz viuda
y tus ojos de violeta florecida
retornen a mi jardín mustio y vacío.
Que tus brazos de abeto se ciñan con
los míos.
¡ Vuelve amor ¡
Tengo los brazos fatigados
de tanto abrazar el
aire.
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