Volverán
antiguos besos secuestrados.
Los que
nos dimos bajo las tormentas
con los
ojos del cielo nubloso de testigo.
Los del
corazón
en la
cálida playa alargada
con los
granos y mi piel de arena penetrada en tus poros
Hendirán
sus cuchillos las sombras sin farolas
cuando
sepan que robamos la luz de los planetas
al
borde de frontera unida de las carnes absolutas y
la
piedra moldeando su forma despertará la gramilla al alba.
inconclusos
y los míos deseosos,
como
dos caravanas tuareg
citadas al oasis más próximo
enroscadas
en la misma arena y agua de telaraña,
llevándo
los camellos sus mágicos dedos a
las
zonas inevitables de nuestros cuerpos pegados.
Dos
amantes y un amor compartido.
Nada
hará amor
que el
fruto del cultivo demore su espesura
de
carne y fiebre en nuestras manos de eslabón conjugado.
Raptando
al tiempo sus horas rusticas
con
nuestros fogonazos de vértigo ebrio.
Volverán,
si que
volverán.
Tus
deseos
No hay comentarios:
Publicar un comentario