Con
estas manos creativas,
columnas
que crecen de la tierra,
seduzco
tu cintura
y
todo el cuerpo de mito generoso
cosiendo
trazos de horizontes,
hiladas
de lino y maizal de barba purpura.
En
tanto avivo altos hornos,
y
tú serás, robadora misteriosa,
la
sublimación de la miga
que
levanta el centro plano de la artesa
sutil
que deposita su óbolo artesano
y
en la feliz pausa se dora la vaina crocante del trigo.
Germina
las flores que llevo zurcidas por dentro
que
la enunciación del aire con dicción heralda
pulsará
espesos cauces en las venas de mis ríos.
Entrarás
como una argamasa escarlata
impulsando
el viaje de la sangre,
que
retorna a la misma figura en llamas.
Entorno
a mi ronda el beneficio de tu potestad,
y
te envuelves, arcilla de fragua, vívida estatua,
fórmula
de precisa alquimia,
eminencia
de boca rosácea
tus
labios establecen la monarquía del beso.
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