Alguna vez tus labios fueron míos
en la intimidad paradisíaca
pero giraste sobre tu paso
y huiste en ráfagas de vientos
dejando el dulzor sazonado en mis
huertos vacíos.
Loco placer de golondrina desnuda,
tempestad abrazadora de agua turbia
fangal en mis labios oleaginosos,
caótica imagen del desamparo.
Con vértigo te fugaste al exilio
sin fronteras legándome sepias retratos
gastados
como si el amor fuesen silabas partidas
cual los vetustos fragmentos de maromas
corroídas,
filamentos que el salitre devasta en
los puertos.
No hay suplica que reincorpore la
figura vencida.
Ni plegaria por tu regreso de esfinge
cincelada.
Ni llave que abra los pestillos
herrumbrados
ni blanco estático para tus saetas.
Todo mi cuerpo es llaga que no
cicatriza,
rojizas lágrimas afluyen las venas
y la magra carne es un matorral de
abrojos
como el jazmín leso que drena por la
herida
y desagua flujo la brecha que no
cauteriza.
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Poemas de ricardo alvarez-blogger
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