domingo, 31 de agosto de 2014

NOCTURNA URDIMBRE

La noche se duerma 
exhausta, 
el día amanece 
con brío lento. 
La madrugada precipitó 
lluvia en silencio, 
como agua diáfana 
y ruidosa golpeando 
sobre el techo, 
con gotas azuladas 
movidas por ráfagas. 
Las esferas del tiempo 
se perdieron al piélago 
de la tierra, 
armando arneses 
que sostuvieran 
los cristales del cuarto, 
antes que el viento 
gimiera entre los árboles. 
Las casas armaron 
sus portales reforzados y 
los gatos de la oscuridad 
quebraban huesos, 
de pájaros adormecidos. 
De su trino mínimo 
quedó el eco en el ladrillo, 
al estreno de la mañana. 
en una cama 
del barrio humedecido. 
Estiro mi brazo 
hacia un costado, 
al envés de lo entumecido. 
Antes que la palabra 
despertara en tu boca, 
se cruzó con mi boca. 
Cuatro labios de infarto 
anudados en silencio, 
La sed se acrecentaba 
de frotar los espasmos, 
En un latido paralizado 
se deshizo del tiempo 
y su hora de olvido, 
así dormidos entrelazados 
con los dedos hasta 
los huesos encastrados 
un mimbre urdido 
con los hilos de mi pecho, 
y en las manos, un laurel enraizado.
_________________

No hay comentarios:

Publicar un comentario