Pobres
los que dijeron que el sol se perdió en mi sonrisa
Augurando
para mi un futuro de espinas
Perseguido
por la sombría penumbra
Mientras
los delataba su lengua funeraria.
Pobres
los que opinaron
que mi
luz de corazón se apagaría
al
igual que el herrumbre tocando
las
marchitas cuerdas de mi guitarra.
¡ Los
ignoré amor ¡
Como se
ignora al silencio intruso e irreverente
Cerré
su boca innecesaria
con los
papeles de su anuncio profético
deglutido
hasta el estomago..
Y a sus
ojos ausentes le clave mi mirada
de
lanza afilada en la roca de nuestro amor.
Sigamos
amada,
que la
noche no perdió sus párpados
ni el
jazmín la huella de la luz.
Nuestro
amor de inundación lacustre
los
cubrió hasta sus rodillas débiles y de la altura...
¡ Que
saben de la altura ¡
Yo miro
la altura y reconozco tus plantas de tierra
veo el
diamante bañado en ámbar y encuentro tu rostro
¡
Bienvenida amor a nuestros soles surgentes ¡
A los
colgajos de los frutos pesados
doblando
los brazos del árbol y
encorvando
su espalda de tronco te reverencia.
Mi
amada heredera
Madre
de la inmensa familia de olores
y
huellas abiertas con la mano de la naturaleza,
socavada
por los panes blancos en tus dedos de sémola
Y la
piel ungida por todos los colores en tu tierra ambulante,
Territorio
ocupado de lavas y volcanes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario