Tal vez
veas mi mano carente y pobre.
Algo
arrugada y marchita pero aun afable.
En las
palmas tal vez halles el diluido cobre
y una
rosa que esconde una piedra jade.
Tal vez
te parezca mi ropa un andrajo
la
costra maca inserta y pegada al costado.
Es mi
ropa de tierra y obra, ropa de trabajo,
solo
una rama de mi sueño trastocado.
Mi
barba no rasurada, ausente de crema..
El
mentón escondido y el pecho cenizo,
pero ve
dentro mi corazón de moneda y
el
calor de mi alma que de tanto amar llega al cobrizo.
Si mis
piernas andan macilentas y enjutas
no es
que han adelgazado por ocio plácido,
ocurre
que a veces no toda lo honesto es justo y
la
cintura doblada de cosechar la papa ha caído en desgracia.
Pero
soy quien sigue mi mano de roble,
Anda y
desanda la vida
caminando
los sudores del pan y la sed del odre.
Deja
pues tu lengua quieta y alerta tu oído
Las
palmas en prona de dádiva y la vista de águila,
en el
carrusel de la vida suele huir la fortuna
tal vez
por andar tanto el agua turbia de la anguila
y los
recodos enigmáticos del aire sin destino
Con las
manos en espiral y los pies de bravura
Libera
de los barrotes tus pérfidos claustros,
tal vez
te parezca que todo es espanto
pero en
el panal seco de los errantes abastos
la
palabra nos apila para retomar el canto.
No
todos los inconclusos son eternos y
los que
simulan perennes suelen ser difusos.
A Raúl
Oscar ROJAS - Chachi
Quien
vive bajo un puente que no se llama oportunidad.
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