sábado, 15 de agosto de 2015

HOJA DE MIS OTOÑOS



Hoja de otoño pareces
cuando doblas tu espalda de espiga y
sobre tu vientre danzan en círculo
los labores de la niebla,
batiendo sus plumas de libre gaviota,
frente a tu exacto pecho de ornado nenúfar.
¡Hija del tilo y la pasionaria!
Calmas la mordida de las bestias y
en tus pestañas inicia la violeta su rito de fuego.
Al silencio de tu paso desnudo
el mar en remolino tuerce su ebria ola,
el crujir del agua resuena como badajo...
Latido de caracolas y campanarios.
           ¡Hoja mía!
Mis ojos de guerra duermen su reposo de espalda y
mis hombros de honra circulan tus ardores.
Con tu doble sonrisa de simultáneo abrazo
y tu labial carne de alga nutres mi sed de redes.

Errante como alada ameba
donde tu piélago de pluma deja su sello
acoplas a mi piel tus sudores.
¡Ah, mí amada en silencio!
Abre tus párpados de amapola
que he venido a dormir bajo su sombra
de parasol y mariposa.

¡Raíz y árbol de tierra mía eres!
Con la espesura de la arcilla edificada,
la humedad llora en su rama de trueno por tu lágrima
y tu... Hoja...
¡Hoja mia!
Destronas la potestad del océano en maremoto
cuando explotas en mis brazos
tus espumas de romántico arrullo.
Hasta mi sombra sabe de tu tendida piel de hoja y
mi amor de papiro escribe a diario
con la sangre rosa de hoja empapelada.
¡Estuario de mis besos!
Pareces el muelle guardián de mis labios en ti coronados.



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