Ella
es un trueno que centellea en el tálamo,
Una
dona cabalgando mareas rompientes
voraz
carnal esencia, relámpago letal
en
la vertiente de mi cuerpo.
Como
una esfera de rocío lubricada
desnuda
figura nutrida de cáñamos,
Simbolismo
de la apacible rosa enamorada,
Mito
de la amapola narcotizante,
intenso
pétalo de tulipa roja
que
se disgrega por mi vientre.
Bello
sincope provoca su mano de pantera,
edénica
exaltación, amalgama perfecta de mujer hembra.
Precipitados
labios en caída.
Ero
mito azabache, encarnado carmesí crujiente
exuda
vides y dulces brevas, en este delirio efervescente
ella
es materia incandescente que incita los
espasmos.
Un
sedimento medular de lava su corazón congestionado.
Lirismo
sensual de roces inevitable,
clímax
que al aire vocifera un gemir que el viento propaga,
Circulo
de hojas áureas, piélago de lava que se extiende
en
la sencillez de mis formas,
pura
belleza sus manos de fragancias
Como
dos tórtolos ebrios hundidos en una fosa de vapores
con
fragor de batalla se encastran los pechos
cuando
nos convocan latidos de urgencia
entre
enredas sabanas la fricción es combustible que explota.
Suave
amazonas de dulcísimo ombligo.
Abismo
de néctar con mis labios libo la prístina copa
y
saboreo frutos embebidos en tus alamedas.
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