sábado, 26 de septiembre de 2015

DERRDUMBE DE LA DIVINA

 

La gata está extendida
en el brillante monopolio de revistas,
detiene su tiempo en la cirugía
de mística fotografía.
Solo ilumina
cuando arroja sus ramos claros
y por el pecho
roza el armiño del tálamo.

Hábilmente abre su telón
tras vidrios tornasolados,
su lado oscuro
enfría el espacio y sus plásticos lados.

Enmudece ante sus propios miedos
cuando hablan con palabra real
en su figura que cree sagrada.
Al retiro de sus uñas,
la gata deslumbrante
transita en soledad el camino de
los humanos harapos y
en ese brillo de efímero cuarzo

se va derrumbando su divino semblante/

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