Te obsesiona dulce poeta,
el salitre manando de las
pieles apetitosas.
Nace tu sueño donde la copa y
la sed
pertenecen a las inquietas
bocas y
en el vientre se juntan
los bellos pechos de una
doncella congregando el rojo labial/
Te anula el pensamiento,
exalta instintos y sentires
cuando te pierdes
entre largas piernas
coronadas de selva cubierta/
Amplias caderas que retiran
el viento al amblaje y
se multiplican en las sienes,
rondadas hélices en dos
pináculos sorbentes/
¡Lo sé!
Por que tu verso se acerca a
un ejercito de caníbales hormigas/
Donde la lluvia se hace ducha
compartida/
¡Lo sé por Ti y por Mí!
Porque nada corona más que
una lengua que gira,
ni una leche azul de dos
cerezos rosas/
Nuestras sedes penden
de la mujer que paladeando
miel en su boca
con dulce corazón de ron
embriagado/
Algunos dirán... Lascivia o
lujuria/
Solo es amor de sentido,
palabra y ternura,
piel en fogata, aliento compartido,
serena paz, placet de
embajador/
Planeta único de Venus-Milo,
donde las plumas destilan
nuestros sudores.
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