En el preludio de lo carnal
hay tiempo para la ternura y
el festejo con
los mimos y los juegos.
Hasta que el alma se haga
mano de fuego, y
derrita nuestros salvajes
instintos.
Veo que el impulso irracional
crece en estatura camino a la
arteria del sexo.
Te hablo con mi lengua de
fantasía.
¡ Prometo y hago ¡
Recorro tu Hospito amazonas
habitado,
por mis diez pigmeos de yemas
y las palmas de almendra.
Todo lo que tienes para mí es
de inmensa belleza
Labios candentes, muslos de hiedra.
Dedos de pubis celeste astral.
Pies y senos de raíz y monte.
En el tupido negro de tus cejas
abatidos caen los planetas, y
en el reflejo de tu alma
verde,
a tus pies las plantas en
homenaje.
Piel multicolor, crisol de
etnias.
Caminas con tus pies de
hembra leopardo
en el brazo azul de la marea y después,
el gemido profundo de la ola
en descenso,
bañándose en tu piel.
Del rayo que parte el alma y trasciende
lo genital
Tu aliento pone erectos hasta
los álamos de los bosques
Y la hierba que sacude en
soplo el viento.
Como la caña que no se dobla
cuando el rayo se clava en su
burbuja de pulpa y bebida,
como elixir espumoso de
Borbón
Tu voz sensual de ninfa
acuática y ondina selvática
cala mis oídos dóciles a tu
pronunciar erótico
Tu inagotable lengua bañada
se alarga
como errante vuelo de
golondrina sin época.
Tu sudor de lava enciende mi
pupila y
en reflejo va mi mano,
con ímpetu guerrero hacia tu
rostro,
donde tus rasgos rondan mi
memoria
Y al asalto de tu ánfora mi
boca colmada de sed.
Al epílogo de tu cutis de
catalogo
Con manos de caricias
sublime,
Caricia casi entrenada a
diario
Para tu piel morena.
Piel de estreno y renuevo.
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