martes, 19 de mayo de 2015

AVES SIN DESCANSO



Aquí reposan las golondrinas
su vuelo errabundo,
la silueta de la grulla florece esbelta
en la altura del refugio de piedras
que llamamos hogar.

Fortaleza de alma,
beneficio del corazón,
usufructo de las manos,
mansión de sentimiento.

Aquí inicia el vuelo la gaviota,
trae racimos de aguas
en sus alas salitres.
Seducido espejo de marea
entra al laberinto colmado
de rosas silenciosas.
Observamos el hogar cobijando
su propia ropa y en diálogo
con los astros
desfila preñada al amanecer
la cigüeña/

Pájaros amables, forjan
el color en su plumaje,
las novas se golpean el pecho y
dirigen su brillo luceros de diademas
a la condensación húmeda
de verdes hojas próximas al cutis
Intimo de nuestras venas,
que en su sombra esconden
la creciente de besos en
nuestros pechos socavados
de garras felinas
cuando caemos
en lenguas de mareas/

Aquí todo es permanencia de
cálida estación
donde se hospedan
aves del tiempo,
teñida gama dorada de plumas,
custodian el crepúsculo
del ambiente y.
en la dimensión del
hogar de llanura
translucidos velos
de claro cielo/

Canto entonado en vigilia/
Eternidad de huellas/

Bajo estrellas celosas
dulces cuerpos
de ríos congestionados,
fluir de labios sin desvelo,
columpiadas figuras
en un cuadro ensamblado.
Fiesta de hoguera como aves desvestidas,
saturado escenario de rayos,
pieles que se friccionan como el viento
rozando alas de vuelo/

Atestadas miradas de entrañas
libres de enrejado,
pleno néctar de fina plata,
desborde de falanges y aliento,
embebida copa de algarabía,
continuidad de alba en
erectos tallos de aves sin descanso/
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