miércoles, 17 de mayo de 2017

TODO EN TI CANTA


                                   




Eres el golpe indómito de la piedra contra la marea,
el trabajo mineral de la arcilla
que en el aire del fuego vertical vuela.

Tienes brillo de luna, diáfana claridad
que estalla en el cuerpo de la brisa
cuando soplas figuras de azucenas.
Eres el festejo ágil de la ola.
Salitre jazmín de agua,
en la arquitectura del ámbar.

Ay, amada, mi aire respira por tus pulmones
y vivo sumergido en todo lo que en ti canta,
en el trino de aves con plumas laminadas
que en abierta mañana te obsequian dones.

Eléctrico madero, verbena hecha de espuma,
nota de ostra en el cuerpo del océano,
playa de múltiples algas, colibrí hembra, errante y mojada
en copiosas lluvias áureas.

Eres multiplicación de agua en la flexibilidad del zumo
que destilan los racimos preñados en madrugadas.
Quejumbre silenciosa, sales rotas quebrándose
en escarpados murallones del acantilado.

Fragua de mi pulso, latido frágil que en ti se ancla,
por ti llora mi silencio su pesar diario
cuando cargas en tus hombros el peso desventurado de mi mundo.

Amplitud de mi boca que a tu oído se ensancha, cual esa caracola
de brillo solitario y mirar profundo, tus pies más cálidos que nidos
                           arden en la noche con luz azul y centellas diáfanas
montada en olas oceánicas eres eco resonante en barcarolas.



Tierna heredera ancestral, te han elaborado con sutil mano alfarera,
en la inclemencia de tus venas derrumbas la estructura esférica
de estos labios resquebrajados, sed mortecina de humectas comisuras,
peñones de manantiales brotan por tus senos.

                              Exprimida gota, en ti vive la flor sencilla, siento tu cuerpo
                    en las montañas ampulosas, única realidad con sus valles supremos.
juntos seremos dos pilastras de únicas enredaderas,
constancia de cálida ternura, nunca nos atrapará el frio,
en las instaladas usinas de nuestros cuerpos de estancia.

Única morada de mis tejidos, permanencia invisible de fluidos,
en ti vive el azul topacio, que no es más ni menos
que el color que mi cielo ansía en su copa.
Todo lo vivo por tu gola canta, camino de mi alma,
tiene tu calidez, arcadas de citrinas pasionarias.



                                                          Todos los derechos registrados en Safe Creative & Published Word Press Poetry

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