Pulsa el
tono
de tus
campanas
Patria mía.
Brille la
realeza
de tu
mantilla
al sol de tu
trono.
Afable musa
bella
cubierta de
agua marina
bajo el velo
azul florece
la plata del
nuevo día.
Que los
mortales del cosmos
contemplen
la franja de tu cinta
Blanquiceleste,
castidad de
tu bandera
su linaje
reverdece.
Distantes y
desvanecidas
las dagas de
la pelea.
Tanto trigo
nutrió el grito
libertario
de rotas cadenas.
Expulsados
los conquistadores
del dominio
huyeron ante
la arremetida
con
trinquete enteco
de musgo
enmohecido.
Alazanes y
pintos
resoplaron
coraje de trompetas,
afilados los
sables
bajo un sol
de gloria,
surgió el
patriotismo acerado.
Invasivas
corbetas,
desolado
marinaje
por los
declives erosivos
el agua
torció raudales
La negra
amenaza
siempre
acecha tu designio
más el airón
no tiembla
su puño
rígido
y con temple
al intruso golpea
cuando al
aire blasfema
el grito
sagrado
que vitorean
las verbenas.
Oh, patria
tierra madre mía
cruzada de
ríos
caudales de
tu platería.
Aquí la paz
te saluda,
tierra
Austral, República Argentina.
Tu voz es
trino
musical de
alegría.
El corazón
Sanmartiniano palpita
en toda tu
envergadura
con gloria
perpetua
de la Puna a
la Antártida,
Ya libre y
respetada,
amada por tu
pueblo,
emancipada
tu leontina
otrora
imperialista
instalado el
reino
de tu
autonomía.
Dona
madrigal
canto de
juglar eterno
Pisaron tus
campos
regionales
aquellos
aclamados.
Sea por
siempre su memoria glorificada,
nobles
estrategas.
Valientes
soldados
triunfadores
que ante la
visión de la guerra
nunca el
valor amedrentaron
y al viejo
clarín
marcial
empuñaron
firme su estoque
elevando el
honor de tu bandera.
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