sábado, 21 de enero de 2017

COMO EL CANTO DEL AVE



       

He revisado el diccionario 
con rigor académico a diario y 
de una palabra que exude glamour, 
mis ojos no han hallado un breviario 

Clama por ti mi dolor de melancolía, 
cuando el otoño horada mi frente. 
El vuelo de mis alas es urgente, 
la noche me aparto su compañía. 

El muro del pesar de mi apetencia, 
me reseca la lengua en actitud impronunciable. 
Hastiada y cruel, se rebela y no es afable, 
como el canto del ave muerta delata ausencia 

De puerto en puerto va mi vela 
al rumor del  mar crujiente, 
mi amor se hace en la ola creciente
y mi corazón resiste al cruce de la ribera. 

A la tormenta de calaveras, 
se hunde como pesado osario 
en el océano de los ahogados. 
En el dulce fragor que embarga 
El sustento de tus besos sin clemencia. 
La soledad  habita tus ojos, 
a la espera de mi compañía, 
se me enjuga la boca por el pan de tu risa
 y la espera  de tu llegada se dibuja turbulenta, 
Al arribo  de tus brazos se abre clara. 
Me inclino a ambos lados. 
No puedo evitarlo. Me dejo atrapar

En las redes de tus brazos.

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