domingo, 29 de enero de 2017

LAS MANOS AMANECEN




                        


Las manos de mi madre amanecen en el campo,
ellas cosechan maizales desde temprano
y amasan la harina sobre la mesa con esperanza.
Prendida la leña prepara el convite
del pan cocido al horno de barro.

Son como dos pájaros que prontas
vuelan sobre el alambre,
evadiendo espinos y pastizales,
el agua pura las lava en el estanque.

Son fruto de laboriosa tarea cotidiana
en cada ubre exprimen leche que alimenta el alma,
son tersas y salvajes, lenes al tacto de sus retoños
y con terneza acarician las testas azabaches.

Ellas se brindan cálidas y sinceras por las tardes.
Mañana serán dos pájaros recogiendo tomates
porque ella cimienta el día desde el trabajo.
¿Cuan blandas serán las manos ausentes de mi madre?

Retratos que añoro cuando lo habitual se hace plácido.


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