viernes, 20 de enero de 2017

LOS ESPEJOS DE JUNO

 El nombre femenino es de ficción

               


Yo respiraba con tu nombre, 
me ahogaba en lágrimas 
con tus penas. 
Embriagado con tu despedida, 
ya era un pozo oscuro sin salida 
Y tu lejana Verónica, 
flemática/ 

Golpeaba puertas, 
trillaba el espejo 
con un hacha de fuego, 
ahí andaban tus espectros, 
rompí esa foto sonriente 
que llevaba a cuestas 
en la finitud del opuesto. 

En la negación de la pregunta 
estaba la inercia de la respuesta. 

Embravecida noche de ausencia, 
descifró en sus palmas sin salida 
la aridez de un paisaje yermo. 
Leí la levedad del ser, 
alguna historieta, 
la rebelión de las masas
y al furioso Otelo hasta ahogar 
el hastió metido en el florero, 
tú eras Verónica 
un fantasma sin presencia. 

En el trance de velas nocturnas 
lo disipaba con la caña o el licor 
cerrando la mirada a tu antiguo amor 
de elegía, era asilado entre brumas, 
y tú antípoda. 

Inmerso en tu carne intrusa. 
aclareció las sombras al día el hombre, 
el tiempo era un reloj de hojarasca
tiempo muerto, absoluta transición 
pronunciando tu nombre con flama
y tú gélida sin causa 

Ni siquiera una gota trepada a la frente 
y ni hablar de deletrear mi nombre, 
embaucadora de máscara te escondes
indiferente. 
En los espejos de Juno Verónica, 
acicalabas tu endogámico nombre/

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