Conozco
el color de tu cuerpo
como
esa bandera de cielo que flamea.
Un
himno colosal nocturno de auroras
en la
cadencia de estos versos donde
tu
turgencia adelgaza la sombra/
Es
escasa esta palabra de tronca alameda…
Quiero
pronunciarte en risas sin tiempo,
en
colores diluidos en las notas,
en los
suspiros inmersos en tu oído
que
desde siglos vengo recitando/
Mas no
es vano belleza longa
sostener
las cifras de tu cuello
donde
rondan mis manos de suspiro
clavando
voces que en eco se prolongan/.
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