De mi tierra al
cielo
eres como el
anillo del crepúsculo
montado sobre una
nube,
en guirnaldas
amarillas bajas de cerros,
traes alegres
flores,
almendros
silvestres en tos belfos.
Cestas de mimbre
con los colores
de infinitos
sueños.
Lúdica pobladora,
compañera que
juega
con lentas luces
en el tablero del universo.
Yo te sigo amando
más
que todas las flores vestidas en los rojos
campos.
Cavadora nocturna
de mis ojos
eres la mirada de
la luna cuando robas mis orbitas.
Hemos visto
estrellas de fuego besándonos
hasta las sienes
consteladas
en un brisa
salvaje que nace a la orilla del loto.
Mi murmullo garua
sobre tu cabeza,
ahí donde hemos
girado en hélice
los negros copos
del ocaso,
llevándose sus
hojas de luto
cuando emergimos
de pozos profundos
gritando desde el
vientre de la tierra.
Con dos manos de
ensueño gravitamos
en el peso de la
gleba,
Clamaba mi boca la
pertenencia de tu silueta
que del tiempo de
la marca en la roca
ya amaba el sonido
de tus campanas
y la postura de tu
cuerpo nacarado.
Tu eres dueña de
mi universo terrenal
porque mi vida
late
en tus manos de
abano rodante.
Con ese tejido de
mallas cosido
me atrapas y en tu
boca de acallo
dejo besos apiñados,
tan dulce como la
trementina
que suda entre tus
colinas de abra.
Poema 29 – de mi libro
PASIONARIO -Ed. ROJAS BOGLIACINO- Prov.de Entre Ríos- Argentina
2013-
Hecho el Depósito según la ley 11-723-
registro de autores.
Todos los derechos
registrados en Safe Creative & Published Word Press Poetry
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