miércoles, 12 de diciembre de 2018

CABRIOLEO DEL AFTER HOURS






                                                                    Paráfrasis
a Antonin Rimbaud




Ellos danzan -afable ahogado- con sus gélidos tobillos amputados/
El rígido fervor de una piedra muerta en sus sienes
y los amotinados gusanos en su frente
peinan sus huecos abismos trepanados/

Como un zombi ejercito fallecido, dementes aplauden
canción para mi muerte y sobreviven sus esferas craneales carcomidas/
Lucen sus grasientas corbatas, su espalda lloroso de encorvada espiga/
Guantes de agujero, corona de estigma, puñetazo de mejilla dormida/

Bailan y bailan el compás tribal de la solitaria arpía/
Idolatran a Tanatos que les tatuó una vida iracunda
y de a ratos gozan una Valkiria a dentelladas con Eros,
así llevan aliviados el despojo inerte de sus huesos/

Una madame y un sordo usurero copan la pista del asfixiado Vals,
con la loca oreja de van Gogh confunden el violín con el atabal.
En precipitada orgía de voces siguen el caos de la batalla,
imitan los roces y amanecen lívidas sus caretas demacradas.

Es el baile sonámbulo al que la vida no me ha invitado,
en los salones sin taco donde todos los escalones llevan al purgatorio.
Sin culpa de manco ni amputado lucen sus pechos horadados,
en sus adyacencias va la barca de Hades a muelles de cuervos incitados.

Entran su sonámbulo paso de inmolada capilla
con sus dentellados talones pegados a la barbilla/
En vano fustigan al corcel sus órganos de hierro
con su carne sajada por el Diablo sin criterio/
Vivan sus hurras, ya aplauden sus besos dormidos
al pecho de las gráciles damiselas muertas.
De la furiosa crítica y los comentarios no se asombran,
invocan a Merlín con sádica fusta y siguen su baile de horca tiesa
rodando su cabeza sin la roja amenaza del dolor en su esqueleto
de hambruna y anestesiado placer, flemáticos laxos al alba prolongan,  
la danza en la pista suicida y cuando despunta el nuevo día ahogados títeres retoman su rutina plástica , apáticos del coliseo etílico,
depresión causal el cierre de la fiesta.
Se estimulan con visión de próximo after hours  los adalides con rienda
de corbata y sombrías refriegas, el pañuelo es yelmo de cabezas rotas,
cuelga un guiñapo de carne en enjutos garrones , parecen cuando giran, 
aspas de viento informes, rígidos de sopor, al vergel del leño se inmolan.



De LLUEVE EL VIENTO EN LOS TEJADOS- a publicarse julio 2019 - Ed. PALIBROS - N.YORK - EEUU
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Poemas de ricardo alvarez@blogspot

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