jueves, 13 de diciembre de 2018

GRITA LA NOCHE - Surrealismo





Tenebrosa locura
bárbara
Negra flor
Vacío caudal
De copiosa
lagrima.
Cambalache ensordecido,
diplomacia
áspera y ruda.

Grita la
noche salvaje
su gangoso
diptongo.
No es la espora sin olor
estatismo en reposo
sin drenaje.
La estrella muta
su viaje
en oscuridad
taciturna.

Lluvia coloquial
trepa
astrológicas mareas.
Caracola
de ultramar.
Quimera
de bilis hepática
proverbiales
oráculos de evidencia
inevitables tiemblan.
Hunde en la ciénaga
lodosa
la pericia del observador
certifica
tentáculos
de cera.
Chapalea atómica
la hiena
fabulesca aristocracia.
Monstruosa ulceración
lacera
vía láctea de
meteoros,

Pórticos sofistas
muestran
lánguido interior.
Pústula
sin unción
develan
cisnes negros.
La escarcha
comprime
rosaledas en flor.
El chacal azaroso
en ruleta rusa
patibularia
gira el tambor,
gatilla
la prosa cínica,
en la cuerda gruesa
rila la bordona
la prima
es aguda sensación.
Tensa el vértigo
la luz impalpable
en negación refleja.

La garfa del tigre
apunta
al cuello irrigado
de la sierpes.
Rapacidad de muerte
perdura
en castidad sulfurosa.
Anuncia la boda
del incesto.
Vaguedad que anula
la razón inerte.
La moral
es heterodoxia de incierto.
Horrendo
espectro
se aboca,
sádico macilento
en cúspide de ola,
al satírico momento
el enigma se acongoja.
Daña su diptongo,
bosteza
el reposo del Mongo.
Tortura el humo
funámbulo
bajo un sol
atroz.

En paisaje sonámbulo
rotan fastidiadas
agujas del reloj.
Lamenta
el alma su flujo
y sobrevive el miedo
a la inexistencia.
Al punto
del talud oceánico
cuando el humano
cae en abisal tentación
aceptación de fe suprema,
omnipresencia de Supremo
Dios único, variable nominación,
genuflexos
rezan intransigentes incrédulos,
pánico sacude al tuétano,
explosiva aflicción
demarca a fuego
convicción de subsistencia
abrazan cisnes negros
sin advertir que el invierno
desfalco del postrer leño

 en el apéndice de primaveras.

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