Cuando el calado del
carpintero
culmine el armado y los
detalles del féretro
estará el cuerpo en la nevera
congelado
hasta que el cefionario
traslade los pesados huesos
y en la carne fenecida se
nomine el epitafio.
Será la hora del halago,
llanto de comadronas
derrocharán ficticias
lágrimas de congoja
esparciendo la desaparición
del agarrotado
entre voces rumorosas del pequeño
pueblo.
Tu estarás farfullando en un rincón solitario,
tus labios besarán mis manos de quebracho
abatido,
el universo te prestará el
astil del martillo
y descargarás la angustia del lazo enternecido.
en este tráfago de borrascas
y ocasos
despedirás mi cuerpo con himnos
agitando blancos pañuelos
bajo un cielo claro.
Siempre serás mi mujer con
dos pájaros en los labios.
Cuando bajo la tierra
dentelleen los gusanos
habrás de escapar a la
tragedia con música que compartimos,
se erguirá el matiz de la
vida que protagonizamos
y verás la luna arrodillarse
en un manto de estrellas.
Algún palomo cantará desde
las duplicadas almas
y el canario en intrépido
vuelo soberano
dejará pistilos y hojas rosas
de estelas
sobre las cruzadas manos que
duermen en mi pecho.
De LLUEVE EL VIENTO EN LOS
TEJADOS- Publicado en julio 2019 - Ed.
PALIBROS - N.YORK - EEUU
Hecho el Depósito según la
ley 11-723- registro de autores.
Todos los derechos
registrados en Safe Creative & Published Word Press Poetry
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