domingo, 29 de diciembre de 2013

CRÓNICA ENFERMEDAD DE AMOR


Cuando el pasado se me hizo el ahora y
la copa de la fantasía se derramó en letra y poesía
Apareciste con un velo, casi de la nada.
Con gestos y risas tan parecidas a mi alma,
que ya no quise mas celos diamantinos
ni nubes pasajeras de affair
En ti halle la ventana de mi sueño volátil hecha mujer,

El  completo y absoluto equilibrio
entre lo carnal y el alma y el desequilibrio de tu risa espontánea.
Entre las grietas de la niebla y el sudor de las nubes,
derramando en gotas y lluvia,
le fui propagando al oído del rumor y
al corazón del silencio,
editando  a los cuatro vientos,
que los poros de tu piel serian mi aliento

Te besé hasta la oscuridad de la sombra
y la planicie de tu entrecejo hasta el hartazgo
Cerca de tu mentón de hada halle el espacio de tu boca
Y besé como a la sangre tus labios de infinito rojo.
Debajo de tus  ojos de cristal
saboreé tus pómulos de melón rociado y
al paso saludé a tus pestañas voladoras,
mientras tu risa la guarde en mi bolsillo.
No hubo un pliegue de tu ropa
-ya caída por gravedad-
en la que no encontrara la llave y
desate tu cerrojo, en la plaza de los juegos íntimos.
Y descifrando el enigma de tu pelo,
como lectura interminable y
cuento de novela rosa hecha tamaño Biblia
Con habito medico te receté:
Para tu crónica enfermedad de amor.
Dosis en cantidades de mis únicos labios

supervivientes del naufragio de todos los hombres.

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