lunes, 30 de diciembre de 2013

EL RÍO Y LOS PESCADORES


Abre tus fauces dragado rio Paraná
que somos pescadores de lo profundo
donde fondea el sábalo nutriente,
ahí se conserva el sustento de nuestro
pequeño mundo.
No choques tan fuerte las cañas,
amplía tu marrón arca
a la dimensión del dorado y
deja en los tramayos el regalo inmenso
con la sonrisa del agua.

Paraná…
Un pez vive en la jaula sumergida,
una pesca de ofrenda es el argumento
de la sobrevivencia de cada día.

En tu ribera hace frio de escarcha,
truena sobre tus aguas  y las canoas
se bambolean con rigor inestable.
Déjanos sacar de la orilla
escamas gruesas
que son lamento de esta pobreza,
tras sus lentejuelas hay carne
de tono blanco.
No mancilles el orgullo de cristal
y permítenos cosechar con nobleza.
.
Si persiste tu avaricia de metales
en la insinuación de tu prepotencia,
sabemos que tu vientre
no tiene signos de cereales
ni haciendas,
solo frutos de cardumen florecido.

Las horas pasan rio…
No  obligues al hambre nocturna
a cortar tu cuerpo fluido
con filosas navajas
hundiendo infinitas anclas
en tus vísceras ocultas
Abre más tu cintura y serena las curvas,
para nosotros es asunto de casta
llevar móviles figuras a la mesa y
que la prole se nutra con el prodigio
de nuestras manos de batalla.
Llevaremos una delgada vara
para que muerda la estirada anguila
y aplaque su cuerpo esta hambruna.



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