domingo, 30 de marzo de 2014

HEBRAS DE PINO EN TU PELO


Pulpa,
estambre,
magnitud de tierra que todo lo abarca,
transparente línea de luceros,
ocal tierno de mis requiebros.

Eres la delgadez del alambre,
la amplitud desnuda de nave amplia.
Fragmentada uva,
hollejo de breva dulce
como la roja carne de mi tesoro/

En esos templos de oro
eres columnas de dioses.
Te vistes de láminas claras
cual lunas perfumadas
que en las hojas de otoño
trabajan tus multifacéticas voces
y los canales de tus aguaceros.

Grano salvaje,
en melaza
te extiendes por mi boca con
garras félidas de panteras en celo.
Planeta de mis ojos,
constelación de signos,
por las noches vislumbro
el cuerpo de la osa polar
sublimando tu sangre
con el negro telón del cielo
dibuja cruces de brillo/

Somos banderas de puentes
extendidos en nuevas islas,
cellos en llamas,
oboes de dulce fuego.
Labios de copa que arden
en brazos de azules etéreos.

Aldea de viento,
el encanto de mis duendes
se apelmaza en la lección de tus labios.
Laboriosa flor,
Nívea cabellera,
filamento azabache,
las intensas sombras
de foresta tiñen su oscura performance.
Somos secuestro del rocío,
flor trajinada del día,
fragua de espadas,
metales de zapas en el surco
que germina y crece
hasta ser una mano gigantesca
en desvestida turbulencia
de enérgicas usinas que
en el dique acumulan fuerza de río/

Llevamos el registro del agua
con los derechos que otorgan
nuestros besos de uva clara,
en laudes dulces que se aclaman/

Estática patria,
soy el hijo de tu destino
en la bandera que flamea
con aroma a trementina y
sueltas al aire fragmentos de pino.
Hebras de verde pelo que al fuego reclaman
los besos de espejo que se maceran sin palabras/
Todos los derechos registrados en Safe Creative & Published Word Press Poetry


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