sábado, 29 de marzo de 2014

NO HE OLVIDADO TUS OJOS


No he olvidado

Que fue el río en laguna mansa
 trajo tu imagen de belleza empecinada
cn el rumor de las hojas cadmias pronunciando tu nombre.
La gota de tu esencia
reclamando un espacio en el agua  y
un reflejo para tu imagen de cristal escarlata,
Y tu espuma burbujeante  de germen labial brotados en los tuyos
como todos los rostros de la tierra.

No han olvidado mis ojos pardos
la huella verde hierba de tus pies
Dibujando en el pasto  -antes ocre- el color del agua marina
Pulida en machaque contra las rocas depuradas.
con las algas memoriosas trayendo tu vida sin lápidas ni cenizas
Y el matiz sostenido de tu melódica voz
Como si fuera el canto del río, la laguna calma
Elegida por las sirenas canoras, trinando coro y eco
Adulando mi caracol acústico como una gruta de piedra elástica
Doblada en su camino por las cuerdas musicales.
Y los vientos de instrumentos soplados en ese día resonante.

Sé que venias con la tempestad suave del algodón blanco y
El corazón batiente del otoño iniciando
Porque los árboles zumbaron en tecla de piano
Con los dedos del viento ylos pájaros latientes
Aceleraron nuestro impulso repentino cuendo tu mano viejera llegó a mi rostro
Trayendo la sinfonía de las primaveras
Y sentí que de las torres del mundo emigraban las notas
Con los colores envueltos en tu pañuelo de nube orquestal.
Derrumbaste mi pared con una mirada de volumen
Mientras se abría el vientre del agua sumergida
en tu gesto  abatiendo la red penetrable de mi alma asombrada.
Te inclinaste en la tarde girando tu boca de corazón abierto
Rozaste apenas mi labio mojado, Tan dulcemente...
que el río evaporado hablo por mis ojos de crepúsculo
No he olvidado que se hizo estanque vacío
Cuando asomo de tu hombro la luna anunciando el manzano
con el dulce jacinto brillando en escarapela por tu pecho ascendente
el hada luciérnaga anhelante de la esponja azul de tu beso de carne
Exprimió tanto liquido que el agua se hizo río y
Mis ojos nadaron como el salmón rosado desovando los océanos
De la arena sumergida y la cima de las olas fecundadas
De tu mano salitre y de los ojos que no he olvidado.







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