lunes, 31 de marzo de 2014

MIRADA DE MUJER


Porque aquí la lengua del hombre trasvasa la longitud de sus limites.
El mundo gira y vuela como un parapeto con ojo reventado/
Va ciego derrumbando la magia de las estaciones y mutila su fuego/
La Galena tierra coagula su sangre de vena en suero, alberga la inútil esperanza que la arrogancia del hombre aprenda de su instalado veneno.
El mar expulsa sus peces fatigados pero nace del aleteo una rama de alameda sin rupturas/
La dinamita en la mano del hombre destroza los colgajos de parches alineados
en una fusilada de fumantes del opio diario/
Los sentidos guarecen sus lluvias de hierro en los nefastos arcones de los cerebros sin arteria
donde la globina no anduvo su camino.
La estatua adorada de los senos de la hembra hacen trizas los temblores del cristalino ojo del macho zangano/
Las ingles púbicas fecundan su hormona, los nuevos huevos nacen
en sus montañas pilosas y ascienden sus muslos dobles de columna,
donde los espejos ancestrales conservan su imagen de impulso Adánico.
El tiempo del reloj esconde el secreto de su biorritmo
en el hondo ombligo fémino,
donde la biblioteca de la raza conserva su vientre de permanencia.

El hombre mata su propio espacio de aire/
La mujer expulsa su soplo rebozado de oxigeno.
El espanto y el miedo abren su destronado reino en el fuego decisivo de la hembra donde el hilo impotente no congela sus aguas.
Los capullos amanecen con luna clara en sus
ígneas trompas de Falopio,
y el mundo renace en cada instante por los lechos maternos que alimentan los pañales y sus niños.
Lo que el hombre ve como óbice punta de iceberg/ 
La mujer lo mira como vientre sumergido de colosal eternidad.


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