domingo, 26 de octubre de 2014

EN UN DESV ÁN


Hoy quiero partir un rayo con mis rodillas,
doblar la viga de acero en redor de mi cintura,
morder los silencios de mi opaca sombrilla
y rumiar los pastos fríos del pasado invierno/
Morir sobre una piedra sin escultura,
incrustar mis pies en la punta
de una pirámide con mermada brisa/
Pero estoy vivo entre los remolinos del silencio...
Sigo caminando con mis muletas libres de anclaje,
tambaleo bajo una lluvia de guijarros que arde,
busco un charco desnudo, secuestrar el lado púrpura de la luna
con una mano y con la otra bajar un astro de incendio
como un suave tormento en dos brazos fustigados/

Tomo múltiples respiros para no ahogarme en mi propia sangre,
me siento sobre una lata de enroscados alambres
y aguardo el paso del aire como retrato sin aliento
para que lleve tu recuerdo hasta la última ceniza de lamento/

Ya no quiero más golpes en los riñones
ni asaetear mi corazón con otros amores/
Hoy decidí esperar que la estrella baje al charco,
que aparezca una sirena virtual con un racimo de nenúfares,
sonreír lúdicamente y derribar las paredes donde erigiste mis tormentos.
Congelar los ladrillos bajo un iceberg enconado,
seguir la calma huella de mis pies agitados reposando/

Elijo la mágica locura de soñar con una ilusa ondina
Buceando al salto del agua y desprendiendo rocíos celestes.
Tiñendo  capullos camuflados en gotas de acíbares,
y en rápida gravedad baje mi lagrima silos de agrestes harinas/


Te dejé atrás como la orden del martirio de un edecán,
el planeado ardid de un Rasputín planeando un gélido verano.
Hoy pongo nuevas flores en mi jardín artesano
y me siento solo a planificar la estrategia de mis silencios
para reconstruirme dorado desde lo interno,

en la seda curva de un confortable desván/

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