sábado, 27 de octubre de 2018

BUSCO SOPLOS DE VIENTO PUBLICACIÓN DESTACADA POR SU CALIDAD LITERARIA EN LA UNIÓN HISPANO MUNDIAL DE ESCRITORES- UHE







Mayoral, yo me despido de los muros de estas praderas,
salgo a desandar la libertad del camino entre dos columnas
paralelas de amables alamedas,
a buscar el susurro del viento
que canta por los alambres y cimbra bajo las piedras.
A festejar las piruetas de pájaros canoros
y en las ramas de eucaliptos a deleitarme en la siesta
de las palomas siempre alertas.

Cuando anochezca hallaré manojos de estrellas dormidas,
ocasos que fueron crepúsculos nacientes
en las líneas del horizonte,
Iré a reflejarme en la luna que espeja sobre el lago
el morro de los corceles que bebieron agua en sus llanos serenos
Sin contar los pasos dejo mi huella añil en el talón del campo,
buscaré los puntos más altos
donde las alas del fuego conviven con los astros.

El parapente del águila oteando en su planeo
el tamaño apetitivo de la presa
y cuando retomen su trino los canarios,
lejos de las acequias,
le escribiré mayoral que he capturado mi propio retazo de sol
en el cielo que alborea.
He descubierto el origen de la hierba,
el enigma de un trébol de cuatros hojas,
el frescor del pasto firme sobre el lomo de los médanos,
el canto emancipado de los grillos y la luz de las libelas.

Hojas que las estaciones pintan con sus formas,
el olivo silvestre en su paz quieta
las cumbres de los pinos destilando dulce trementina.
El silbido de una nube filtrándose entre acacias,
el basamento donde muerden los cuatro vientos,
La Pampa del Leoncito. salitre desértico de espejo,
arrayanes petrificados de precarios tiempos
cuando la runa trazaba las piedras,
y toda esta inmensidad que abarca la paciente observación de la naturaleza
que inunda los sentidos de alforjas repletas,
Me sentaré a interpretar el significado del paso inútil multiplicado,
reflexionando el apto bienestar de ser solo una mínima pieza
que fugazmente se reconforta con ser un diminuto grano de arena
y en la claridad cotidiana sonríe cuando asoma la luna,
rayando huérfanos versos con una ramilla en la tierra.

Me despido mayoral de aquellos trajines con la hacienda,
me siento primo de la brisa, un pródigo hijo más que sopla el viento




De LLUEVE EL VIENTO EN LOS TEJADOS- a publicarse julio 2019 - Ed. PALIBROS - N.YORK - EEUU
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