Duerme mi niña, para cuando despiertes,
el día festejará la aurora
en tus ojos y
la mañana celebrará en tu
risa.
Duerme tranquila,
en mis brazos de cuna y
cama.
Brazos de hierro y cobre,
de madera dulce moldeada.
donde los témpanos helados
no pueden rozarte y
las mariposas vuelan tu
ombligo,
ejecutando piruetas en tu vientre.
¡ Bebe de mis sueños, mi
niña ¡
Bebe. que si tu sed de
nubes áridas te supera
mi cántaro tiene un espacio
de agua clara para ti.
Duerme y sueña,
que sobre tu frente vuelan
palomas blancas,
que tus palmas de seda
acarician tu muñeca y
los ramos de las rosas mas
puras rondan en tus sueños de papel.
Y de tus labios de algodón,
mi niña,
beben el néctar dulce
sorbido de tu suspiro mínimo.
Duerme mientras mis ojos
pasean
por tus ventanas cerradas en
el tejido oscuro de la noche.
Duerme en paz,
que cuando despiertes
compartiremos el pan , el
agua y la miel
que fabricaron las abejas
con tu mirada interna,
zumbando la noche, mientras
tus párpados suaves reposaban.
El ángel divino nadaba en
tus sueños de agua, y
el laurel triunfante te
relataba una historia infante,
sumergido en tu oído.
Con voz de susurro y sigilo,
mientras dormías en mis brazos.
¡ Duerme y sueña mi niña ¡
Con los panales soleados
abriendo la mañana,
en los balcones de tus
pestañas mimadas.
A mi amada hija Balbina
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