El ayer se ha ido
como errante nova,
pasó fugaz su gemido
de caracola y
estiró su cola de luz
abriendo la mañana/
Tu cuerpo iba
al paso lumínico
con la acelerada
velocidad del rayo/
Del fuego dejaba
un cenizo en ascua
condecorado
reflejado en mi mirada/
Fue ayer y pasó/
Vale lo que exaltó
y hoy perdura/
Tu susurro aun lejano
se viste cada noche
con tu piel de sábana
encapada
cuando te reclinas sobre la
almohada/
En mi mente dejé
el dolor del veneno
y en mi corazón
tu ígnea fibra enmarcada/
No hay comentarios:
Publicar un comentario