domingo, 16 de febrero de 2014

HAMBRE DE TI

Tengo hambre de ti cuando no estás,
Apetito voraz me provoca tu ausencia.
Extraño tu voz de dialogo,
el criterio me escasea,
como la lluvia, en un tórrido verano.
La lengua fatigada del monólogo solitario,
como un loro loco, verde y repetitivo.
Los oídos vacíos, carentes de tu voz.

Necesito tu dialogo a la mesa.
Tu mano en el paseo diario.
Tus ojos dulces y asesinos, arponeando mi mirada.

Recuerdo el caminar juntos, bajo el beso de la lluvia.
Tu calma voz de viña rociada y clemente,
sedando mi obstinación infante.
Mi ira de rayo y ola que tú comprendes.
Mi feliz servilismo de mate en la mañana.
Tus oídos de plácida oyente.

Perdona los llantos que te he  provocado,
por los besos y caricias entregados.
Perdona mi hambre irracional por ti,
es mi átomo - diminuto de conciencia - que
lanza el rayo de fuego a tu esencia absoluta, y
hace de mi hambre una metálica torre de dientes.
Dientes voraces, de sed y hambre que se incrementa y
de mi territorio impío, de salitre puro,
suelo dejar alguna marca en tu sombra.
¡ Perdóname todo ¡

Pero no me quites mi impulso avasallante

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