lunes, 28 de octubre de 2013

ESPACIOS



Por la doliente pradera respiraba
la tierra sus costillas de árida tierra/
Venia el cielo preñado de huecos
entre los espacios donde las nubes
acunaban sus polluelos/

Las libélulas del viento andaban como dados...
Y yo...
Como el antiguo shaman sabio,
conocía el lenguaje de la piedra y la hierba/
Ya había entrado al bosque
donde el lirio y el alerce
enseñaban sus secretos de antología/

La luna aullaba al antiguo bosque su melancolía
con la clamorosa voz del lobo/
Todo desnudaba su alma serena
 y en las hojas densas de los siete caballos dorados
el agua envolvía la estática naturaleza/

Dulces fresnos habitaban mi oído,
como si la cítara soñara con las violetas
y su cordaje envuelto con hilo sagrado de seda,
tejía su música de perfecta telaraña
cuando el viejo roble seguía parado
como las rosas eternas mojadas

rociadas por alguna oculta ciencia/

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