En la noche dejé un beso, en la ventana de tus ojos,
mientras las cortinas desplegadas se cerraban las vi caer
en la persiana oscura y deslumbrante,
de la noche preñada con luz de astros.
Al despertar vi la rosa púrpura entre
Los jardines del añil tulipán.
Con ojo viril de enamorado
medí tu sensual encanto.
Cuando tu aliento de mar sopla el velo de la brisa,
en simultaneo abrir de tus labios. se anuncio una sonrisa,
decora tus ojos pardos y pómulos de Pomona.
Al matiz en acuarela de la cima de tus senos.
el volcán de tu pubis se toma un reposo.
Se predecía la noche, al conjuro devenir,
cuando el cristal de tu pupila
resumió el brillo en los marcos de tus cejas.
Al besar tu espalda de horizonte
los pájaros del sueño callaron en mutis,
al son de tu aliento.
en el pasto de tu piel dormían los deseos y
en tu cabalgata de ecuestre amazona me sentí hombre.
En la dimensión de los océanos inmedibles.
Con cuanta sed te ame.
Mis ojos pintaron en la memoria
El cuadro del recuerdo.
¡ Al llegar te vi bella ¡
¡ Al momento fuiste hermosa ¡
en el abismo submarino de tu boca
emergió el beso profundo. Beso del alma.
Nuestras soledades se hicieron compañía
Mis besos huyeron del mar de los ahogados,
A la medialuna de tus labios fogosos.
Tu actitud de frágil mujer mostró garras de leona en celo,
y las penas del sauce llorón se escondieron;
cuando tu mirada devoraba el paisaje.
¡ OH, si siempre fuese el
hombre de tus noches ¡
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